Bajo la mediación del vicario castrense Fabio Colindres y el ex comandante guerrillero Raúl Mijango, las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, iniciaron el 9 de marzo último una tregua que al reducir los homicidios sacó a El Salvador de figurar como la segunda nación más violenta del mundo.
A pesar de la reducción de los homicidios, el arzobispo estimó que el problema de la violencia no está “resuelto” pues persisten los asesinatos y las pandillas siguen cometiendo extorsiones.
La tregua que goza del apoyo y verificación de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que ahora es considerada por los protagonistas como “un proceso de paz”, según el arzobispo, debe llevarse adelante “con todos los recursos necesarios” para que se “solucione el problema más grave del país que es la violencia”.
El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, sostiene que no negoció con las maras; pero el ministro de Seguridad, el general David Munguía, reconoció que los mediadores son parte de una estrategia en el combate a la delincuencia.
En El Salvador, según datos oficiales, están encarcelados unos 10 mil pandilleros y 50 mil están en las calles.