Hasta ahora el Muro de las Lamentaciones, así como los servicios y actividades religiosas que se desarrollaban en su entorno, estaban controlados por la corriente ultraortodoxa, de tal manera que los rezos se realizaban de forma separada por sexos en dos explanadas divididas por una pequeña cerca rematada por celosías.
En virtud del acuerdo refrendado el lunes tanto las áreas actualmente segregadas por sexos, como la nueva sección destinada a las corrientes no ultraortodoxas contarán con un acceso común, mientras que la nueva plaza tendrá igual visibilidad que la veterana.
La decisión sigue a 27 años de lucha de un grupo denominado Mujeres del Muro para acabar con el monopolio de la ultraortodoxia y para que se permitiera a las féminas cantar y rezar ataviadas como los hombres junto al lugar más sagrado del judaísmo.
El grupo lleva más de dos décadas organizando sesiones mensuales de rezos para defender su causa junto al denominado Arco de Robinson, vestigio que sobresale del muro aledaño a la principal plaza, cubiertas con mantos sagrados judíos, solideos y filacterias.
Hasta ahora los rezos se realizaban de forma separada por sexos en dos explanadas divididas por una pequeña cerca rematada por celosías.
La decisión sigue a 27 años de lucha de un grupo denominado Mujeres del Muro para acabar con el monopolio de la ultraortodoxia.
El Ejecutivo israelí destinará más de US$10 millones al proyecto para establecer la nueva explanada.
Mujeres del Muro han aceptado a partir del acuerdo realizar las nuevas sesiones de oración en el nuevo recinto destinado al rezo igualitario en cuanto comience a funcionar.
Otro de los aspectos cruciales de la resolución es que, a diferencia de la situación actual, la ortodoxia no tendrá la custodia sobre la nueva explanada, rompiendo con el monopolio que esta corriente tenía del lugar.
El rabino del Muro de las Lamentaciones, Shmuel Rabinovich, actual custodio del vestigio y sus alrededores, consideró en un comunicado la decisión con “gran pesar”.
Responsable de la corriente ultraortodoxa judía y encargado de velar, por ejemplo, por que se respete la santidad del lugar impidiendo que se hagan fotos en la jornada sabática, y que se vista modestamente, Rabinovich calificó al grupo de mujeres de “marginal y exaltado”.
Las acusó de haber lanzado una “campaña mediática” gracias a la cual el “Muro de las Lamentaciones ha pasado de ser un lugar de unidad y unión a un escenario para la confrontación incesante”.
“La profanación del nombre de Dios que este grupo y sus seguidores han causado es terrible y llevará años repararlo”, apuntó el rabino antes de insistir en que “el rezo en general y, en concreto, en el Muro de los Lamentaciones debe realizarse de acuerdo a la ley y tradición judía que fueron pasadas de generación en generación”.
Concluye el comunicado asegurando que “el Muro de las Lamentaciones continuará estando abierto cada hora del día a cualquier fiel, tanto hombre como mujer, que actúe con respeto y devoción a la tradición judía y la herencia del pueblo de Israel, del que el Muro de las Lamentaciones es un claro símbolo”.
Al valorar la decisión gubernamental, la rabina Suzanne Silverman, miembro de la junta de las Mujeres del Muro, consideró que “hasta ahora (el Muro) estaba bajo el control de una extrema derecha con una mentalidad estrecha y de unos ultraortodoxos idólatras que tienen una visión limitada de Dios y del judaísmo”.
Su compañera, Batya Kallus, negociadora de la asociación con el Gobierno, tildó la decisión de “rompedora y revolucionaria” y dijo que a partir de ahora ya no estará vetado “el rezo pluralista, y en concreto de mujeres”, sino que “cualquier israelí y visitante de cualquier corriente será recibido con los brazos abiertos”.
El Ejecutivo israelí destinará más de US410 millones al proyecto para establecer la nueva explanada, donde hoy se encuentra un parque arqueológico, situado apenas a unas decenas de metros de los otros dos ortodoxos.
- Además vea en video/archivo (26/05/2014): “El Papa visita Muro de las Lamentaciones”.https://www.youtube.com/embed/5EH89QqiJ7Q
El recinto estará administrado por una comisión mixta con representantes de las corrientes conservadora y progresista -mayoritarias entre los judíos de EE. UU.-, así como delegados del Gobierno y de las Mujeres del Muro y de la Agencia Judía.
Esta última institución es la encargada de las relaciones con los judíos de la diáspora y su presidente, Natán Sharansky, ha desarrollado un papel central en los últimos años como abanderado de la igualdad en ese vestigio que conformaba la pared occidental del bíblico Templo de Jerusalén hace dos milenios.