No obstante, el país seguirá cazando ballenas en otras zonas, en particular en el Océano Pacífico norte, agregó esta fuente.
El lunes la CIJ, con sede en La Haya, determinó que el programa científico de la Antártida esconde una actividad comercial, por lo que Tokio debe revocar las actuales licencias para la captura de ballenas.
Australia, con el apoyo de Nueva Zelanda, llevó a Japón ante la CIJ en 2010 en un intento de poner fin a estas prácticas en la Antártida.
Tokio recurrió a una artimaña legal tras la prohibición de 1986, dotando al programa de un interés científico para poder seguir matando a estos cetáceos con fines comerciales.