El gobierno también pidió a Washington que aumente la disciplina entre el personal estadounidense y tome medidas para evitar otros problemas similares.
La policía de Okinawa detuvo el domingo último a Justin Castellanos, de 24 años, integrante de la Marina, en la base Schwab.
La Policía le considera sospechoso de agredir sexualmente a una turista japonesa en la cuarentena cuando la mujer dormía en su hotel esa mañana. No se han presentado cargos formales.
La mujer estaba durmiendo en un pasillo y el marinero supuestamente la arrastró a su habitación y la violó, según la agencia Kyodo News.
El caso es “un crimen grave y una violación flagrante de los derechos humanos de las mujeres”, afirmó a la prensa el gobernador de Okinawa, Takeshi Onaga.
Además, señaló, como la mujer era una turista el caso podría asustar a los viajeros y disuadirlos de visitar la isla, donde el turismo es una parte clave de la economía.
Casi la mitad de los 50 mil soldados estadounidenses en Japón tienen su base en Okinawa, y los habitantes de la zona se quejan del ruido y la delincuencia de las bases.
Los delitos sexuales son un tema especialmente sensible en la isla.
En 1995, la violación de una niña a manos de tres militares estadounidenses provocó un escándalo y terminó llevando a un acuerdo para reasignar la base Futenma de Marines a una zona menos habitada de la isla, aunque el plan se ha paralizado porque muchos habitantes quieren que se la traslade fuera de la isla.