En esa reunión estaba previsto que el presidente regional, Carles Puigdemont, valorara los resultados del referendo de autodeterminación del pasado 1 de octubre, prohibido por la justicia.
Caos financiero
La incertidumbre política sobre el futuro de las intenciones independentistas de Cataluña ya comenzó a extenderse a la economía, provocando la caída de los mercados bursátiles y haciendo que grandes empresas catalanas consideren mudarse a otros lugares de España.
Directivos del Banco Sabadell, uno de los más grandes de Cataluña, estudian si cambian su dirección legal en Barcelona para seguir bajo las regulaciones del Banco Central Europeo aun si el gobierno catalán sigue adelante con sus planes de declarar la independencia la próxima semana.
Las noticias hicieron que las acciones del banco, que cayeron casi 10% en los últimos días, avanzaran 4% en las operaciones del jueves. El miércoles, las acciones españolas sufrieron su caída más grande desde el referendo del Brexit en el Reino Unido el año pasado.
En una señal de que los inversionistas están tomando en serio los riesgos financieros de la posible independencia catalana, las acciones de la firma biotecnológica Oryzon Genomics subieron 23% desde que anunció el miércoles que trasladaría su sede fuera de Cataluña.
“No se negocia la unidad”
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, afirmó este jueves que la unidad de España no puede “ser objeto de ninguna mediación ni de ninguna negociación” y subrayó que el “primer diálogo” que debe recuperar el Ejecutivo de la región de Cataluña es en el Parlamento local y con la sociedad catalana a la que “ha dividido”.
En una entrevista, Rajoy respondió así al ser preguntado por las diferentes ofertas de mediación planteadas en estos días, después del referendo soberanista ilegal del pasado 1 de octubre.
“Esto no es un problema de mediación”, dijo el jefe del Ejecutivo antes de señalar que han sido muchas personas las que se han ofrecido para esa labor, “muchas con buena voluntad”.