Internacional

Hariri vuelve a Líbano después de tres años en el extranjero

El exprimer ministro de Líbano, Saad Hariri, llegó por sorpresa este viernes a su país después de tres años de ausencia, trayendo una donación saudí de mil millones de dólares para el Ejército libanés, pobremente equipado para hacer frente a los desbordamientos del conflicto en la vecina Siria.

El exprimer ministro de Líbano, Saad Hariri, llegó por sorpresa este viernes a su país después de tres años de ausencia, trayendo una donación saudí de mil millones de dólares para el Ejército libanés, pobremente equipado para hacer frente a los desbordamientos del conflicto en la vecina Siria.

Hariri vuelve para demostrar su apoyo al Ejército libanés, que se ha enfrentado en los últimos días a los yihadistas venidos de Siria a Aarsal, localidad que apoya la rebelión siria como la mayoría de los sunitas del país.

Tan pronto llegó a Beirut se entrevistó con el actual jefe de Gobierno, Tamam Salam, antes de recogerse ante la tumba de su padre, el exministro Rafic Hariri, asesinado en febrero de 2005.

“Mi estadía en Líbano será larga”, dijo en un tuit.

Hariri se había ido del país desde la caída de su gobierno en 2011, tras la dimisión de once de sus ministros, miembros del Hezbolá, su rival político. Cinco de los miembros del Hezbolá fueron acusados de estar implicados en el asesinato de su padre.

La guerra en Siria ha exacerbado las divisiones en el Líbano entre partidarios y detractores del poder en Damasco, y sobre todo entre sunnitas y chiitas.

– Hariri llegó para aclarar las cosas –

“Hariri ha regresado para aclarar las cosas. Estamos a favor de la revuelta (siria) y la caída de las dictaduras, pero somos solidarios con el Ejército”, declaró a la AFP Mustafá Aluche, un responsable de Corriente del Futuro, dirigida por Hariri.

La rebelión en Siria se ha vuelto cada vez más compleja con el creciente poderío de los yihadistas en detrimento de los rebeldes moderados.

“El fuego sirio se ha propagado al Líbano, es algo que el país no puede soportar. Hariri se ha dado cuenta que nuestro país, nuestro Ejército, nuestros habitantes, están en peligro”, indicó el diputado Jamal al Jarrah, igualmente de la Corriente del Futuro. “Ha tomado el riesgo de volver, pese al peligro que corre de ser asesinado”, dijo.

Desde que se fue al exilio vive entre París y Riad, en Arabia Saudí; varias personalidades de su campo político han sido asesinados en los útimos años.

Su visita se da además en un momento muy delicado para su comunidad, que representa alrededor de un tercio de la población de Líbano: mientras los sunitas están a favor de la rebelión siria, los chiitas son partidarios del régimen de Bashar al Asad.

Hariri ha apoyado desde el principio a la rebelión moderada en Siria, pero se opone a los extremistas cada vez más presentes en Siria, especialmente en Trípoli (norte), Saida (sur) y Bekaa (este).

Por primera vez, el pasado sábado estallaron enfrentamientos entre yihadistas procedentes de Siria y el Ejército libanés en Arsal, un bastión sunita cerca de la frontera siria partidario de la revuelta contra Asad.

Mientras Hariri, de 44 años, ha dado su apoyo incondicional a las fuerzas libanesas, una parte de su comunidad fustiga al Ejército por su presunto respaldo al Hezbolá chiita, que combate junto al ejército sirio, exacerbando las tensiones entre ambas comunidades.