El pasado 8 de noviembre, el jefe de la Policía General, el general Raed Yudet, informó a Efe de que se estaba investigando el hallazgo de dicha fosa, encontrada en la localidad de Hamam al Alil, a unos 30 kilómetros al sur de Mosul, y que la mayoría de los cadáveres eran de antiguos miembros de las fuerzas de seguridad.
Según testigos citados por HRW, el EI mató el pasado octubre a varios cientos de policías que mantenían como prisioneros.
“Esta es otra evidencia del terrible asesinato en masa de antiguos agentes del orden realizado por el EI en Mosul y sus alrededores” , dijo el vicedirector de Human Rights Watch, Joe Stork, según el comunicado.
La organización explicó que su personal visitó la fosa común, cuyas dimensiones son de unos 100 metros de largo por unos 50 de ancho y que estaba situada en las afueras de Hamam al Alil en una zona de entrenamiento militar.
Según los informes policiales consultados por HRW, las víctimas habían sido asesinados en las tres semanas anteriores a su hallazgo y los cuerpos visibles tenían las piernas y las manos atadas y los ojos cubiertos.
El relato de testigos describe que durante tres días seguidos, los combatientes del EI trasladaron en vehículos a cientos de supuestos exagentes de seguridad que mataron a sangre fría y arrojaron a la fosa.
Unidades policiales y del Ejército conquistaron el pasado 5 de noviembre Hamam al Alil, principal núcleo urbano de la comarca del mismo nombre.
La campaña militar para expulsar al EI de Mosul y los territorios que aún controla en la provincia de Nínive fue lanzada el pasado 17 de octubre por las tropas iraquíes y las kurdas “peshmergas” .