A petición de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Maduro aceptó hace dos días que un “testigo internacional”, eventualmente del Vaticano, asista el diálogo al que ha convocado y al que se resisten sus opositores, tras un mes y medio de protestas que achaca a un plan de “golpe de Estado continuado” en su contra.
Después de que el Gobierno confirmó la muerte de otras dos personas en hechos de violencia vinculados a las barricadas levantadas por opositores y elevó a 39 el número de fallecidos desde el icomienzo de las protestas el 12 de febrero, dijo que se trataba de jóvenes enviados por esos dirigentes “a la calle, a quemar, a matar”.
“¡Basta ya de tanta violencia!. Lo he dicho y lo repito: yo he abierto las puerta de este palacio presidencial para que esa oposición venga acá y verle la cara a cada uno de ellos y decirles las cuatro verdades que les tengo que decir a nombre del pueblo”, sostuvo.
Maduro dijo que era una “verdad verdadera” que los dirigentes de la oposición “no han querido” dialogar con él porque en realidad “no quieren la paz” del país.
“No quieren diálogo porque no quieren la paz, esa es la verdad verdadera, pero los iremos derrotando. Estos cobardes que llenaron de violencia a Venezuela uno por uno pagará ante la justicia y uno por uno irá quedando solo, derrotado, aislado, rechazado por el pueblo venezolano” , insistió.
El gobernante agradeció la marcha por el centro de Caracas de miles de sus seguidores, que remató frente a su despacho, y recordó que desde el inicio de las protestas opositoras prácticamente a diario se han cumplido manifestaciones en apoyo a su gestión.
“Agradezco el apoyo por el combate por la paz que estamos dando”, dijo y remarcó que se trata de un espaldarazo de “la Venezuela decente, trabajadora y que ama la patria”.