Sarmiento dijo a periodistas que de todas formas la sentencia es dura porque, según el magistrado ponente, Marco Antonio Velilla, la primera etapa de saneamiento del río Bogotá costará unos seis billones de pesos (cerca de US$3 mil 50 millones).
La ministra recordó que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos había declarado como prioritario el trabajo en el río Bogotá, el más contaminado del país.
Por esa razón, agregó Sarmiento, “durante el último año y medio (el Gobierno) ha destinado más de 1.5 billones de pesos (unos US$764 millones) a programas como la descontaminación y adecuación hidráulica del río”.
El fallo del Consejo de Estado habla de “la inexistencia de una política única en relación con la recuperación del río”, un caudal de 375 kilómetros de largo que atraviesa la capital colombiana y decenas de municipios vecinos convertido en una auténtica cloaca.
Según la ministra, el río Bogotá es contaminado por curtiembres, residuos de fertilizantes, aguas negras, vertidos industriales y mineros no autorizados, pero explicó que el 80 % de esa degradación corresponde a desechos de los ciudadanos de la capital.
El río Bogotá nace a unos 3,400 metros sobre el nivel del mar en el sitio llamado Alto de la Calavera, en el municipio de Villapinzón (Cundinamarca) y desemboca en el río Magdalena, la principal arteria fluvial del país, en Girardot, también en Cundinamarca.
Sarmiento dijo que entre los programas iniciados por el Gobierno para ayudar a descontaminar el río Bogotá están la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales en once municipios de su cuenca.
Dichas plantas están situadas en los municipios de Tocancipá, Gachancipá, Cogua, Nemocón, Cajicá, Guatavita, Subachoque, Funza, La Mesa, Anapoima y Cota, cercanos a la capital colombiana y se construirán otras en Zipaquirá, Mosquera, Madrid y Facativá.