Este domingo, un kamikaze detonó la carga que llevaba en el automóvil al pasar por un puente esencial de Ramadi, a un centenar de kilómetros al oeste de Bagdad. La explosión dejó siete muertos y 10 heridos.
Ramadi es la capital de provincia desértica y mayoritariamente suní de Al Anbar, fronteriza con Siria y feudo de la insurrección que siguió la invasión estadounidense del 2003.
Más al norte, dos oficiales de la policía murieron en la explosión de una bomba en la carretera detonada al paso de su vehículo en Tikrit, ciudad mayoritariamente suní al norte de Bagdad.
Irak tiene previsto celebrar elecciones legislativas el 20 de abril, pero la dimisión el martes de la comisión electoral pone en entredicho su celebración.