El delegado intervino en la apertura ayer de una reunión en Viena de la Comisión de Narcóticos de Naciones Unidas, en la que más de 120 países revisan la situación del problema mundial de las drogas.
El subsecretario general destacó que el narcotráfico socava el imperio de la ley y genera corrupción, lo que a su vez tiene un impacto negativo sobre el desarrollo.
“Las drogas y el narcotráfico afectan en forma desproporcionada a los más pobres y vulnerables”, recalcó, y solicitó que en la lucha contra las drogas el respeto a los derechos humanos debe ser un principio fundamental.
Eliasson también indicó que se deben considerar alternativas al encarcelamiento de los consumidores de drogas, y recordó que los “verdaderos criminales son los narcotraficantes”.
Y en el debate sobre el futuro, el responsable de la ONU aseguró que “no hay que asustarse por tratar con ideas y perspectivas innovadoras”, aunque subrayó que las actuales convenciones internacionales deben ser la base para cualquier práctica.
El director Ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el ruso Yuri Fedotov, reconoció que “la magnitud general de la demanda de drogas no ha cambiado sustancialmente a nivel mundial”, lo que contrasta con los objetivos fijados en el 2009 de eliminarla o reducirla de forma significativa hasta el 2019.