Como los 2.5 millones de votantes de Buenos Aires representan casi 8% del electorado argentino, los comicios son observados muy de cerca como un posible indicador de las simpatías del pueblo de cara a las primarias presidenciales del 9 de agosto y a la elección presidencial el 25 de octubre.
El candidato Horacio Rodríguez Larreta del partido Propuesta Republicana (PRO), favorable a las empresas, encabeza las preferencias electorales para la alcaldía, según tres sondeos recientes de encuestadoras locales.
Su contrincante, el exministro de Economía, Martín Lousteau, de la moderada Energía Ciudadana Organizada (ECO), es segundo en intención de voto con un 40% de apoyo.
Rodríguez Larreta, de 50 años, es el jefe de personal del alcalde saliente y precandidato presidencial, Mauricio Macri. Venció a Lousteau, de 44 años, en la primera vuelta de los comicios del 5 de julio, pero no logró el margen suficiente para evitar la segunda ronda.
Por la tarde, las elecciones transcurrían con normalidad y sin incidentes destacables, aunque con escasa participación.
Según datos del Tribunal Superior de Justicia hacia el mediodía habían participado un 25% del total de padrón. En la primera vuelta del 5 de julio participó 73.04% del electorado, pero las vacaciones de invierno podrían influir negativamente en la participación.
Los dos candidatos iniciaron la jornada desayunando con sus equipos y la Prensa. Rodríguez Larreta siguió la tradición del PRO y eligió el legendario café Tortoni junto a su candidato a vicepresidente Diego Santilli y la precandidata a gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
El candidato afirmó que esperan que los resultados se conozcan “a la misma hora que en la primera vuelta o incluso más temprano”, valorando como “muy buena” la primera experiencia registrada con el voto electrónico el pasado 5 de julio.
En esta segunda jornada de voto electrónico, los resultados podrían conocerse poco después del cierre de urnas, previsto para las 18 horas locales (21.00 GMT).
No estuvo presente en el desayuno Macri, que poco después acudió a las urnas a depositar su voto.
“Termina una etapa importante, pero espero que empiece una etapa más importante”, afirmó el actual alcalde de Buenos Aires, que finalizará el 10 de diciembre su segundo mandato.
Por su parte Lousteau se reunió con su equipo y periodistas en el bar El Banderín de Almagro, junto a su candidato a vicepresidente Fernando Sánchez. “Estamos muy satisfechos con la campaña que hicimos de principio a fin”, declaró.
En las elecciones el partido “empieza con el resultado. Con el resultado de hoy, los porteños eligen cómo serán sus próximos cuatro años”, enfatizó.
Lousteau fue ministro de Economía durante el primer mandato de Cristina Fernández y renunció en medio de las protestas del sector agrario tras el intento de gravar con un nuevo sistema de impuestos las exportaciones de granos.
Lousteau votó a las 11.30, y Rodríguez Larreta 10 minutos más tarde, a las 11.40.
Los electores en Buenos Aires tradicionalmente eligen como alcalde a políticos de partidos contrarios a la presidencia.
Tanto Rodríguez Larreta como Lousteau son opositores al gobierno de la presidenta Fernández, quien no podrá buscar un tercer mandato consecutivo de acuerdo con la Constitución.
Una de las incógnitas es a quién irá dirigido el voto de aquellos que optaron por el partido de la presidenta —el Frente para la Victoria (FvP), en la primera vuelta, ya que el partido no se decantó por ninguno de los candidatos.
El gobierno nacional ha desvalorizado la contienda capitalina e incluso el candidato del FpV, Mariano Recalde, que fue eliminado en la primera vuelta el 5 de julio con el 21% de los votos, afirmó al votar temprano en la mañana que “Larreta y Lusteau son expresiones de un mismo espacio político.”
Se estima que los votos en blanco —uno de los ejes de la campaña en las últimas dos semanas— podrían favorecer a Rodríguez Larreta, como el candidato que más sufragios reciba.
El favorito de las encuestas afirmó el domingo “nuestra expectativa es llevar el cambio a nivel nacional” un cambio para toda Argentina después de los 12 años de gobierno de izquierdas de Fernández y su fallecido esposo y predecesor, Néstor Kirchner.
Una victoria del PRO aumentaría las posibilidades de Macri para alcanzar la presidencia. Su principal rival es el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, a quien Fernandez escogió para que continúe las políticas populistas que comenzaron durante el mandato de su esposo entre el 2003 y el 2007.
Restaurar el sentido de orgullo y soberanía de Argentina tras la peor crisis económica del país en 2001 ha sido el objetivo central de Fernández y también lo fue de Kirchner. La pareja presidencial negoció o liquidó la mayoría de la deuda impagada argentina, nacionalizó el sistema de pensiones, ha mantenido barata la energía mediante subsidios y adoptó medidas fiscales para canalizar recursos a los pobres.
Sin embargo, muchos argentinos piden un cambio ante la creciente frustración por una de las tasas de inflación más altas del mundo, los controles cambiarios que mantiene el gobierno y las acusaciones de corrupción que se están investigando y que afectan al círculo íntimo de la presidenta.