Es una “herida social“, denunció con fuerza ante más de tres mil voluntarios que trabajan en fundaciones encargadas de la lucha contra la pobreza.
Francisco deseó que las instituciones “puedan intensificar su compromiso junto a las víctimas” de la usura.
La usura, consistente en conceder préstamos con unas tasas prohibitivas, de manera que el deudor no pueda rembolsarlas, da un temible poder al acreedor, que puede obligar a su debitor a cederle sus bienes o a cometer acciones criminales por él.
En el rezo del Ángelus del pasado domingo, Francisco se refirió a la mafia al expresar su emoción tras el asesinato de un niño de tres años, “Coco“, cuyo cadáver fue hallado en un vehículo calcinado, víctima de un ajuste de cuentas entre traficantes de drogas de Calabria (sur).
Esta crueldad conmovió a toda Italia, donde los niños no suelen ser víctimas de las mafias.
Muchos papas se han manifestado en contra de la usura, como Benedicto XVI, que denunció en julio de 2009 la “plaga social” de la usura, pidiendo al Estado italiano que ayudara a las familias afectadas por esta “esclavitud“.