El mosaico bizantino original data del siglo XIII y se encuentra en la basílica romana donde el 22 de agosto de 1541, San Ignacio de Loyola y sus cofrades profesaron sus votos religiosos.
Su orden religiosa se convirtió en la de los jesuitas, a la que pertenece Francisco y que tuvo un papel fundamental en la historia y el desarrollo de América Latina.
Especialistas vaticanos en mosaicos hicieron la réplica de la imagen usando la misma fórmula del pegamento utilizado hace siglos para adherir los mosaicos en el interior de la Basílica de San Pedro.