“El cráneo es una parte del cuerpo extremadamente sensible. Ahí sentimos y localizamos muy bien las vibraciones“, explican en un artículo los desarrolladores de este objeto, Hiroaki Tobita y Takuya Kuzi.
Otra variante de este prototipo de peluca incluye captadores de señales eléctricas emitidas por el cerebro, que puede convertir potencialmente en órdenes.
Además de su función principal de esconder la calvicie, esta peluca tiene otras ventajas insospechadas: gracias a sus sensores puede medir la temperatura corporal, la tensión arterial o incluso grabar sonidos e imágenes que su portador podrá volver a ver después en una pantalla.
“Existe una gran cantidad de objetos para portar que incorporan componentes informáticos: gafas, ropa, zapatos, etc., pero la mayoría no han tenido éxito comercial“, explicaron el año pasado los inventores de la “Smartwig“.
Para ellos, su peluca, que puede confeccionarse con cabello natural, tiene una ventaja superior: “une lo natural con lo práctico“.
Un portavoz de Sony indicó el jueves que se habían presentado solicitudes de patente en la Unión Europea y en Estados Unidos, aunque el gigante japonés de la electrónica no prevé de momento comercializar allí su último invento.
Desde la revolución que supuso el Walkman en 1979, Sony no ha concebido durante estos últimos años ningún producto con un éxito similar, que cambie de manera tan profunda las formas de ocio.
El mes pasado, el presidente de Sony, Kazuo Hirai, anunció que el grupo iba a aumentar la inversión en desarrollo de tecnología móvil, por ejemplo en los relojes inteligentes.