Confidencial, que dirige Chamorro, es un medio crítico del gobierno de Daniel Ortega, con un formato digital e impreso que se distribuye por suscripción semanal.
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Chamorro, hijo de la expresidenta Violeta Barrios (1990-1997), señaló que un teniente del Ejército y un miembro del FSLN contactaron a empleados de Confidencial “para demandar su colaboración en actividades ilegales de espionaje político”.
El portavoz del ejército, Manuel Guevara, inicialmente no respondió la consulta de AFP sobre el caso porque explicó que no tenía buena señal telefónica.
Entre la información solicitada está el registro de vehículos, personas vinculadas al gobierno, personal de organismos extranjeros y dirigentes campesinos opuestos a la construcción del canal interoceánico que llegan a Confidencial para dar entrevistas, señala la denuncia.
El periodista desistió de presentar queja ante las autoridades porque en otro caso similar en 2013 los militares se negaron a investigar tras argumentar que “el ejército no hace labores de espionaje”.
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“Estos no son hechos aislados, sino que son parte de un proceso sistemático de obstaculizar la labor periodística (…), pero también hay otro proceso que consiste en intimidar a las fuentes tanto públicas e incluso privadas para que (no compartan) información con medios de comunicación independientes”, añadió Chamorro.
Chamorro aseguró que Confidencial seguirá haciendo investigaciones sobre temas vinculados a la transparencia pública y los derechos humanos de ciudadanos que han sido violentados.
La presidenta del CENIDH, Vilma Núñez, manifestó que el organismo acompaña a Chamorro mediante “la denuncia pública” y no ante entidades oficiales porque en Nicaragua “se ha implementado como sistema de justicia la impunidad”.
La denuncia de Confidencial “comprueba que el espionaje es un medio de represión instalado en el país”, advirtió Núñez.