Ya el líder chino más poderoso en décadas, Xi se beneficiaría de un resultado exitoso al impulsar lo que China llama el “gran objetivo de unificación nacional”.
La reunión es más riesgosa para Ma, cuyo gobernante Partido Nacionalista va atrás en las encuestas. Las elecciones podrían servir como un referendo no oficial de las políticas a favor de China de Ma y su partido podría bajar aún más al percibirse que Ma consiente al gobernante Comunista de China para su propio legado y beneficio de la élite a favor de China en la isla.
Pero la reunión del sábado también podría mejorar la credibilidad de Nacionalista al motivar un avance en las relaciones con China y acabar con la hostilidad y amenazas pasadas de Beijing que inquietaron a muchos taiwaneses.
Cautela en la Casa Blanca
La Casa Blanca le dio el martes último una cautelosa bienvenida a los planes para una histórica reunión entre los líderes de China y Taiwán, que tendría lugar por primera vez en más de medio siglo.
“Le damos por cierto la bienvenida a los pasos que se han dado a ambos lados del estrecho de Taiwán para intentar reducir las tensiones y mejorar las relaciones” bilaterales, dijo el portavoz, Josh Earnest.
“Pero deberemos ver qué saldrá realmente de la reunión”, agregó.
Pekín aún considera que la isla es parte de su territorio, que aguarda por la reunificación.
Earnest reiteró que la política de Washington de “una China” no ha cambiado.
La Casa Blanca se ha opuesto desde siempre a cualquier iniciativa militar para alcanzar la reunificación y siempre ha practicado una política de equilibrio entre Taiwán y su gran vecino.
Mientras tanto, la expectativa crece ante la reunión en donde los dos mandatarios intercambiarán sus respectivas “posiciones” sobre cuestiones bilaterales, con la intención de “asegurar la paz”, explicó el portavoz de Ma, Charles Chen, y precisó que se firmarán acuerdos aunque no habrá declaración conjunta.
Las relaciones han mejorado desde la llegada al poder en Taiwán de Ma en 2008. Su partido, el Kuomitang (KMT) mantiene vínculos con Pekín.
Ma abandonará el cargo el año que viene, tras dos mandatos presidenciales, el máximo legal. La principal formación opositora, el Partido Progresivo Democrático (DPP), con una actitud más desconfiada respecto a China, es el favorito para alzarse con la victoria en las elecciones de enero.
El portavoz del presidente taiwanés indicó que el objetivo del encuentro es “garantizar la paz y mantener el status quo del estrecho de Taiwán” que separa a ambos países.