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Profesores ponen a prueba bots tutores con IA en los salones de clases

El bombo y platillo de la industria tecnológica y las profecías catastrofistas en torno a los chatbots han hecho que muchos colegios se apresuren este año a bloquear o limitar el uso de estas herramientas en las aulas.

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(The New York Times Company)

(The New York Times Company)

Una mañana reciente, Cheryl Drakeford, profesora de tercer grado de la escuela primaria First Avenue de Newark, proyectó una difícil pregunta matemática en la pizarra de su aula: “¿Qué fracción de las letras de la palabra MATEMÁTICO son consonantes?”.

Drakeford sabía que “consonante” podía ser una palabra desconocida para algunos alumnos. Así que sugirió que pidieran ayuda a Khanmigo, un nuevo bot de tutoría que utiliza inteligencia artificial.

Hizo una pausa de un minuto mientras cerca de quince estudiantes tecleaban obedientes la misma pregunta, “¿Qué son las consonantes?”, en su programa de matemáticas. Luego pidió a los alumnos de tercero que compartieran la respuesta del bot tutor.

“Las consonantes son las letras del alfabeto que no son vocales”, leyó en voz alta un alumno. “Las vocales son A, E, I, O y U. Las consonantes son todas las demás letras”.

El bombo y platillo de la industria tecnológica y las profecías catastrofistas en torno a los chatbots mejorados con IA como ChatGPT han hecho que muchos colegios se apresuren este año a bloquear o limitar el uso de estas herramientas en las aulas. Las escuelas públicas de Newark están adoptando un método diferente. Es uno de los primeros sistemas escolares de Estados Unidos en realizar una prueba piloto de Khanmigo, una ayuda didáctica automatizada desarrollada por Khan Academy, una organización educativa sin fines de lucro cuyas lecciones en línea utilizan cientos de distritos.

En esencia, Newark se ofreció como conejillo de indias para los centros públicos de todo el país que intentan distinguir el uso práctico de los nuevos bots de tutoría asistida por inteligencia artificial de sus promesas comerciales.

Sus defensores sostienen que los chatbots de aula podrían democratizar la idea de la tutoría al personalizar de manera automática las respuestas para los estudiantes, permitiéndoles trabajar en las lecciones a su propio ritmo. Los críticos advierten que los bots, que se entrenan con vastas bases de datos de textos, pueden fabricar información errónea que suene plausible, lo que los convierte en una apuesta arriesgada para las escuelas.

Funcionarios de Newark, el distrito más grande de Nueva Jersey, afirmaron que estaban probando con cautela el bot de tutoría en tres escuelas. Sus conclusiones podrían influir en los distritos de todo Estados Unidos que están examinando herramientas de IA este verano para el próximo curso escolar.

Timothy Nellegar, director de tecnología educativa de las escuelas públicas de Newark, se refirió a la tecnología asistida por inteligencia artificial: “Es importante que nuestros alumnos la conozcan, porque no va a desaparecer”. “Pero tenemos que averiguar cómo funciona, los riesgos, lo bueno y lo malo”.

Khan Academy es una de varias empresas de aprendizaje en línea que han creado nuevos bots tutores basados en modelos lingüísticos desarrollados por OpenAI, el laboratorio de investigación detrás de ChatGPT. Khan Academy, entre cuyos donantes tecnológicos de alto nivel se encuentran Google, la Fundación Bill y Melinda Gates y la Fundación Elon Musk, recibió acceso a los modelos de IA el año pasado.

Diseñado específicamente para las escuelas, el bot tutor suele guiar a los estudiantes a través de los pasos secuenciales necesarios para resolver un problema.

Esta primavera, cuando Khan Academy empezó a buscar distritos para realizar una prueba piloto de su bot tutor experimental, Newark se ofreció como voluntario. Varias escuelas primarias locales ya estaban utilizando las lecciones de Matemáticas en línea de la organización educativa como una manera de realizar un seguimiento del dominio de los estudiantes de conceptos como la agrupación de números. Y la herramienta de IA sería gratuita para esos centros durante la fase inicial de prueba piloto.

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Funcionarios del distrito dijeron que querían ver si Khanmigo podía mejorar la participación de los estudiantes y el aprendizaje de las Matemáticas. Colegios como First Avenue, al que asisten muchos niños de familias con bajos ingresos, también estaban ansiosos por dar a sus alumnos una oportunidad temprana de probar una nueva ayuda pedagógica asistida por IA.

Los alumnos de Newark empezaron a utilizar la ayuda didáctica automatizada de Khan en mayo. Hasta ahora, las críticas han sido desiguales.

Una mañana reciente, los alumnos de sexto curso de la escuela primaria First Avenue estaban trabajando en una tarea de estadística que consistía en elaborar sus propias encuestas a los consumidores. Su profesor, Tito Rodríguez, sugirió a los alumnos que empezaran haciendo a Khanmigo dos preguntas de contexto: ¿Qué es una encuesta? ¿Qué hace que una pregunta sea estadística?

Rodríguez describió el bot como un útil “coprofesor” que le permitía dedicar tiempo extra a los niños que necesitaban orientación, al tiempo que permitía a los estudiantes más autodidactas seguir adelante.

“Ahora no tienen que esperar al profesor Rodríguez”, aseguró. “Pueden preguntarle a Khanmigo”.

Al final del pasillo, en la clase de matemáticas de Drakeford, las respuestas del bot a los alumnos a veces parecían menos sugerencias y más respuestas directas.

Cuando los alumnos plantearon a Khanmigo la pregunta sobre fracciones que había en la pizarra de la clase, el bot respondió que la palabra “matemático” contenía trece letras y que siete de ellas eran consonantes. Eso significaba que la fracción de consonantes era siete de trece, escribió el bot, o 7/13.

“Esa es nuestra mayor preocupación: que gran parte del trabajo de razonamiento pase por Khanmigo”, explicó Alan Usherenko, asistente especial del distrito para las escuelas, incluyendo la escuela primaria First Avenue, en el barrio norte de Newark. El distrito no quería que el bot guiara a los estudiantes a través de un problema paso a paso, dijo, y agregó: “Queremos que sepan cómo abordar el problema, que utilicen sus habilidades de pensamiento crítico”.

En un correo electrónico, Khan Academy señaló que los estudiantes a menudo necesitan apoyo inicial para pasar por los pasos de resolución de problemas, y la práctica podría ayudarles a aprender a ir automáticamente a través de los pasos, sin ayuda.

El grupo añadió que el bot tutor estaba diseñado para ayudar a los estudiantes a resolver problemas, no para darles las respuestas. No obstante, en el caso del problema de la fracción en Newark, agregó la organización, Khanmigo “dio demasiada ayuda, demasiado rápido”.

“Nuestro equipo de ingeniería corrigió la IA hace unas semanas”, aclaró Khan Academy en un correo electrónico el martes, “por lo que ya no da la respuesta a esta pregunta”.

El miércoles, un periodista hizo a Khanmigo la misma pregunta sobre fracciones. En modo estudiante, el bot tutor explicó los pasos y luego proporcionó directamente la respuesta: “la fracción de consonantes en la palabra ‘MATEMÁTICO’ es 7/13”.

En el modo profesor, que está diseñado para guiar a los educadores a través de los problemas y las respuestas, el bot proporcionó una respuesta diferente —incorrecta—. Khanmigo dijo erróneamente que había ocho consonantes en la palabra “matemático”. Eso llevó al bot a proporcionar una respuesta errónea: “ocho consonantes / catorce letras totales = 8/14”.

En un correo electrónico, Khan Academy reveló que había solucionado el problema dentro de su sección “Asesórame: Matemáticas y Ciencias” para estudiantes, señalando que el reportero había hecho una pregunta en una parte diferente del sitio. “En cuanto al modo profesor que da la respuesta incorrecta”, continuó el correo electrónico, “a veces Khanmigo comete errores”.

Aun así, Usherenko se mostró esperanzado. El distrito había sugerido a Khan Academy que, en lugar de confiar en que los estudiantes hicieran a Khanmigo las preguntas correctas, sería más útil que el bot hiciera preguntas abiertas a los estudiantes y analizara sus respuestas.

“Todavía no está donde yo quiero”, aclaró Usherenko sobre Khanmigo. “Pero cuando detecte los conceptos erróneos de los alumnos, cambiará las reglas del juego”.