Ésa fue la propuesta que dio a conocer Carpenter, especialista en temas de defensa y política exterior del Cato Institute, un reconocido centro de estudios privado con sede en Washington, a través de un análisis suyo y de la conferencia titulada Poniendo punto final a la guerra global contra las drogas.
El documento destaca que a 40 años de la guerra contra las drogas los resultados demuestran, una y otra vez, que no es posible desafiar a las leyes del mercado que dan a una mercancía prohibida un sobreprecio del 90 por ciento, o incluso más.
“Es una estrategia fatalmente fallida, y la insistencia de Washington de continuar con ella está causando graves problemas de corrupción y de violencia a una fuente clave de suministros y de tránsito de droga como es México”, escribió Carpenter.
Afirma que desde que el presidente Felipe Calderón lanzó, en diciembre del 2006, su ofensiva militar contra los carteles mexicanos, unas 42 mil personas han muerto. Agrega que los carteles mexicanos están tomando el control de las rutas del tráfico y ganando acceso a mercados potenciales en porciones del África Subsahariana, Oriente Medio y de Europa.
Sobre la peligrosidad y transcendencia de los carteles mexicanos, Carpenter puso el énfasis en el poderío de sus altos ingresos para corromper a funcionarios estadounidenses, intentar infiltrar al Ejército de ese país, perpetrar ejecuciones, incluso, dentro de territorio norteamericano, o para ofrecer US$1 millón por la cabeza del sheriff de Arizona, Joe Arpaio.
“La tarea que enfrentan el gobierno de Calderón y sus aliados en Washington no es únicamente derrotar a dos carteles (Cali y Medellín) como sucedió en Colombia, sino derrotar a múltiples organizaciones poderosas”, puntualizó.