El duelo se jugó sobre el asfalto, sobre el que se pintaron las líneas de una cancha y con conos para marcar las porterías, bajo la mirada y los aplausos de los curiosos.
Vestidas con los colores verde y amarillo de la Seleao, las prostitutas jugaron junto a miembros de una organización cristiana evangélica y enfrentaron a un equipo universitario local.
“Los derechos deben ser los mismos para todos. No podemos ser dejadas de lado porque somos trabajadoras sexuales. La discriminación debe terminar” , declaró a la AFP una de las prostitutas, Patricia Bongas, al margen de este encuentro organizado bajo el eslogan: “Nuestros derechos, nuestro combate”.
“Ésta es la prueba de que podemos romper los prejuicios” , añadió.
“El mensaje es que hay que quererse unos a otros. Uno no juzga, no cambia a la gente, tiene que gustarte así como es” , añadió su compañera de juego, la estadounidense Jenny Jack.
Las prostitutas perdieron el partido, pero el marcador no les afectó el ánimo. El duelo terminó con abrazos y risas.
Desde hace muchos años las prostitutas brasileñas reclaman el fin de la discriminación hacia su oficio, que ellas desean regular para proteger sobre todo a las mujeres mayores.