Este bloqueo puede tener consecuencias nefastas para el país, según apuntan algunos expertos consultados por la Voz de América, ya que la nación centroamericana podría aislarse económicamente.
Juan Flores, presidente de la fundación “15 de Septiembre”, una organización fundada en Miami, Florida, que ayuda a los hondureños en el exterior, recuerda que la falta de apoyo diplomático por parte de la administración estadounidense a sus homólogos hondureños no es algo nuevo.
“Es algo que nos está afectando desde hace un tiempo. Por ejemplo, tras el paso de los huracanes Eta e Iota, el acompañamiento de las autoridades de Estados Unidos fue muy poco, prácticamente invisible”, dijo Flores durante una entrevista con la VOA.
El cese de ayuda financiera al país puede verse, a su juicio, “como un aislamiento internacional”, al igual que ocurrió en el pasado con Cuba, Nicaragua o Venezuela.
En vilo por el TPS
La falta de sintonía entre ambos ejecutivos es algo que mantiene en vilo a los miles de hondureños en Estados Unidos que esperan por la luz verde del Estatus de Protección Temporal (TPS).
“Nosotros estamos sumamente preocupados porque justamente ahora estamos gestionando un nuevo TPS que, por ley, Honduras califica”, agrega el también analista político.
Alma Leticia Zúñiga, una activista hondureña en Houston, Texas, espera que la administración norteamericana mueva ficha y que por fin dé un respiro inmigratorio a los miles de hondureños que hay en el país.
“Solo en Texas hay 500.000 hondureños y nosotros le recordamos encarecidamente al gobierno de Joe Biden que tenemos una petición del TPS. Confiamos en que nos lo den para poder tener una tranquilidad”, expresó.
Pero la complicada relación institucional podría dejar estas esperanzas en el aire. “Aquí podríamos sacar una licencia para manejar, tener un permiso de trabajo para poder optar a un mejor empleo, porque eso nos limita mucho. Pero llegados a este punto, no sabemos qué va a pasar”, valoró Zúñiga agradecida “al lindo país de Estados Unidos que nos ha abierto las puertas”.
Los efectos de la corrupción: inestabilidad económica e inseguridad
En opinión de Flores, el gobierno de Juan Orlando Hernández “ha sido incompetente, incapaz e irresponsable”, cuyas acciones “corruptas” pueden dejar un escenario irreversible para la sociedad hondureña, que actualmente está lidiando con una inestabilidad económica y una situación de inseguridad cada vez mayor.
“Honduras ha recibido por años cantidades enormes de millones de dólares para combatir la corrupción, el crimen organizado, para combatir la migración masiva que se está dando”, manifiesta, lamentando que los fondos destinados a estas causas no son auditados ni monitoreados para evitar casos de corrupción.
Por su parte, Leticia Casildo, directora ejecutiva de “Familias Unidas en Acción”, otra entidad hondureña con sede en Nueva Orleans, Luisiana, considera que la decisión de la Casa Blanca de bloquear los fondos “es una buena medida, porque así se asegura que realmente llegan a quienes los necesitan y no que los reciban los corruptos”, dijo en alusión al gobierno de Hernández.
Sostiene además que muchos compatriotas han tenido que emigrar a otros países de la región “no por gusto”, sino empujados por la grave situación en el país dejando un panorama desolador.
“El crimen es grande, el desempleo ni que digamos, nuestra gente ya no tiene ni para comer y por eso salen en caravanas: para poder encontrar oportunidades y sobrevivir con sus familias”, comentaba la mujer que lleva casi 20 años en Estados Unidos.
Con todo, criticó “la impunidad” con la que actúan muchos “poderosos” en Honduras ya que “los casos ni siquiera se investigan”. “Meten preso a uno por robarse una gallina, pero no meten preso a los políticos que se roban todas las arcas del gobierno y no atienden al pueblo”, señala mostrando abierto malestar por la situación en su país natal.
Las remesas, en el punto de mira
Con el paso del tiempo y la agudización de la crisis financiera, las remesas se han convertido en el principal motor económico de Honduras. Los analistas advierten que el bloqueo internacional a Honduras podría afectar seriamente a los envíos de dinero desde el exterior y eso irremediablemente tendría un efecto muy negativo en la población.
El año pasado, según fuentes oficiales, se enviaron remesas valoradas en 5.729 millones de dólares. Esa cifra es mayor de la que mueven otras industrias como la del café, el camarón, el banano o la maquila.
“Honduras vive de las remesas que enviamos nosotros, los migrantes. El Banco Central de Honduras dice que representan el 22% del Producto Interior Bruto (PIB)”, añadió Flores sobre esa cuestión.
Ante ese aislamiento, dice el hombre, “seremos los inmigrantes los que tendremos que acarrear contra las irresponsabilidades de estos gobernantes incompetentes”.
Las elecciones, la esperanza perdida de muchos
Varios analistas consultados coinciden al afirmar que la solución a esta crisis política se podría dar con un vuelco electoral que dejara sin efecto al actual mandatario. Los comicios están previstos para el 28 de noviembre, pero hay mucha incertidumbre al respecto, especialmente porque los residentes en el exterior no saben si van a poder ejercer su derecho al voto.
Pero Casildo advierte que la comunidad inmigrante hondureña “es la gran olvidada” por el mandatario Hernández, ya que se han dado muchos problemas para que los residentes en el extranjero puedan tramitar las nuevas cédulas de identidad en las embajadas y consulados de todo el mundo.
“Todavía los hondureños no estamos documentados, no tenemos una tarjeta de identidad. Están en un proceso en el que supuestamente van a venir de Honduras para registrar a las personas residentes para que podamos votar porque la tarjeta de identidad que tenemos ahora vence en el mes de mayo”, señala.
Por eso, la portavoz de “Familias Unidas en Acción” cree que el gobierno de Honduras no va a hacer “ningún esfuerzo adicional” para permitir que se registren votantes en el exterior ya que, de lo contrario, “la permanencia del actual gobierno podría peligrar”.
Ninguno se atreve a presagiar una solución a corto plazo, aunque confían que las medidas adoptadas por la Casa Blanca sirvan de presión a los altos funcionarios de Tegucigalpa.