Una serie de bombardeos aéreos del régimen sirio atacaron el domingo un mercado muy concurrido del centro de Duma, 13 kilómetros al noreste de Damasco y bajo control insurgente desde hace casi tres años.

“El balance ha subido a 96 muertos, entre ellos al menos dos mujeres y cuatro niños”, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), subrayando que el número de víctimas podía aumentar, dado el estado crítico de muchos heridos.

Al menos 240 personas resultaron heridas, según la misma ONG, con sede en Reino Unido y que cuenta con una amplia red de fuentes sobre el terreno.

Unas horas después de lo que la oposición en el exilio ha calificado de “masacre”, los aviones del régimen volvieron a atacar cuatro veces la misma localidad este lunes.

‘Horrorizado’ y ‘conmocionado’

El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Stephen O’Brien, de visita en Damasco en el momento de los ataques, se mostró “horrorizado por la falta total de respeto que se muestra para con las vidas de los civiles en este conflicto”.

El funcionario, en rueda de prensa, dijo estar “particularmente conmocionado por las informaciones sobre unos ataques aéreos que causaron decenas de muertos y cientos de heridos entre los civiles en el corazón de Duma, una zona asediada”.

Un fotógrafo de la AFP en el lugar describió este ataque como el peor que había cubierto en Duma.

Tras los bombardeos, los habitantes trasladaron a un gran número de heridos a un hospital improvisado en el que, ante la falta de espacio, decenas de cadáveres estaban alienados en un suelo ensangrentado, e incluso en la calle. Muchos niños cubiertos de sangre gritaban y lloraban.

“Es una masacre deliberada” afirmó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.

“Asad comete una nueva masacre en Duma dirigida a un mercado abarrotado”, denunció en Twitter por su parte la coalición de la oposición en el exilio.

La semana pasada, la ONG Amnistía Internacional acusó al Gobierno sirio de “crímenes de guerra” en esta misma región, y habló de “ataques directos, ciegos y desproporcionados”.

O’Brien había acudido a Damasco para evaluar las necesidades humanitarias de Siria, un país con más de 7.6 millones de desplazados internos y 422 mil civiles asediados por los beligerantes, según Naciones Unidas.

El conflicto en Siria se desencadenó en el 2011 con la cruenta represión de las manifestaciones pacíficas contra el régimen de Al Asad, lo que degeneró en conflicto armado y se fue convirtiendo en una compleja guerra civil en la que se enfrentan el régimen, los rebeldes, los kurdos y los yihadistas.

Desde entonces han muerto más de 240 mil personas y más de cuatro millones han huido del país.