Internacional

|

Suscriptores

Rusia, Ucrania y Occidente prometen continuar la lucha, en una guerra sin final

Ninguno de los gobernantes aclara cómo se podría alcanzar la victoria, mientras vinculan sus legados a una guerra sin un final discernible.

|

El presidente Joe Biden, a la izquierda, y el presidente Volodímir Zelenski durante la visita de Biden a Kiev el lunes 20 de febrero de 2023. El gobierno estadounidense prometió 2000 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania. (Daniel Berehulak /The New York Times).

El presidente Joe Biden, a la izquierda, y el presidente Volodímir Zelenski durante la visita de Biden a Kiev el lunes 20 de febrero de 2023. El gobierno estadounidense prometió 2000 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania. (Daniel Berehulak /The New York Times).

Transcurrido un año de la invasión rusa a Ucrania, el presidente Vladimir Putin y el presidente Joe Biden insistieron esta semana en que estaban comprometidos a luchar. Putin preparó a Rusia para una guerra larga que se libraría “paso a paso”, mientras que el presidente estadounidense afirmó que “no nos cansaremos” en la búsqueda de una Ucrania democrática.

Y el viernes, en una conferencia de prensa en Kiev, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski dijo tener la “certeza” de que su país ganaría y que la victoria era inevitable.

Pero ninguno de los gobernantes aclaró cómo se podría alcanzar la victoria, mientras vinculaban sus legados a una guerra sin un final discernible.

“Putin está más comprometido que nunca con su gran victoria”, afirmó Eugene Rumer, exfuncionario de inteligencia estadounidense y director del programa de Rusia del Fondo Carnegie para la Paz Internacional en Washington. “Los ucranianos están tan comprometidos como siempre a derrotar a Putin, aunque sea al precio más alto”.

Sin embargo, declarar la determinación de seguir luchando es mucho más fácil que reunir los recursos y el apoyo para hacerlo. Ucrania, con una población inferior a un tercio de la de Rusia y una economía devastada por la invasión, depende cada vez más de la ayuda de Occidente. Rusia, que se enfrenta a sanciones y a un gran número de bajas en el frente, depende de los estrechos lazos y la cooperación económica con China, así como de una población y una élite dirigente que siguen dispuestas a aceptar el dolor causado por la guerra de Putin.

En el campo de batalla, la ofensiva de Rusia durante el invierno ha sido decepcionante hasta ahora. Se espera que Ucrania instaure su propia ofensiva en la primavera, pero se está quedando sin municiones y, según los oficiales ucranianos, necesita con urgencia mejores armas. Zelenski se enfrenta a la doble tarea de mantener alta la moral de su país y sustentar la determinación de sus aliados occidentales.

De todos los desafíos que enfrenta Ucrania, puede que este último sea el más apremiante. Tras haber mantenido el apoyo occidental durante el invierno, cuando la agitación económica amenazaba con quebrar la voluntad de los países europeos que hacían sacrificios internos, los líderes de Kiev, así como Biden, deben esforzarse por mantener la solidaridad.

El fin de semana pasado, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, las expresiones manifiestas de apoyo a Ucrania rara vez incluyeron detalles concretos, y en los pasillos, funcionarios y analistas occidentales manifestaron en privado posturas menos entusiastas sobre la capacidad de Ucrania de alcanzar su meta declarada de una victoria absoluta.

Hablaron de su preocupación por la duración del conflicto, la sostenibilidad de los suministros de armas y los costos políticos de una mayor inflación y un encarecimiento de la energía y los alimentos.

Los líderes estadounidenses y europeos repitieron en público que solo Ucrania podía definir los objetivos del conflicto y decidir cuándo está preparada para negociar su final. Pero algunos analistas creen que el riesgo de escalada por parte de Rusia y los efectos de retroceso en la economía mundial hacen que a Washington le convenga presionar a Ucrania para que establezca objetivos bélicos más realistas, así como para que, en última instancia, negocie la paz con Moscú.

“Es momento de que Estados Unidos y sus aliados se involucren directamente en la definición de los objetivos estratégicos de Ucrania, la gestión del conflicto y la búsqueda de un final diplomático”, comentó Charles Kupchan, exfuncionario del gobierno de Obama en el Consejo de Relaciones Exteriores.

Los altos funcionarios estadounidenses y europeos entienden que ellos también tienen sus propios intereses nacionales que tal vez no coinciden plenamente con los de Kiev; la razón principal es que, aunque los países de la OTAN abastecerán a los ucranianos y los capacitarán, no lucharán a su lado.

Lea también en PL Plus: Costos, operación y detalles del nuevo sistema de transporte capitalino TuBus

Estados Unidos también ha recurrido a la cautela al momento de suministrar armas a los ucranianos, a fin de tratar de evitar que la OTAN se vea arrastrada a una guerra de mayor alcance con Rusia.

El líder ruso todavía parece estar convencido de que conseguirá la victoria fuera del campo de batalla y apuesta a que, si mantiene la lucha el tiempo suficiente, los ucranianos acabarán cansándose de la resistencia y los ciudadanos occidentales se levantarán contra sus actuales dirigentes. Según la analista de Carnegie Tatiana Stanovaya, Putin piensa que la conquista de territorio ucraniano es solo una parte de un conflicto más extenso y con múltiples frentes.

“Quiere una nueva arquitectura de seguridad internacional. Quiere que la OTAN no se expanda. Quiere la capitulación de Kiev. Apoderarse de regiones ucranianas es solo un beneficio adicional”, afirmó la experta.

Las señales cruciales sobre el futuro de la guerra serán más visibles en el campo de batalla. Hasta ahora, la ofensiva de invierno de Moscú solo ha logrado avances menores. Un ataque fallido cerca de la ciudad de Vuhledar mostró más de la disfunción rusa que asoló su invasión al principio de la guerra. Funcionarios ucranianos afirman que en Rusia se están agotando las existencias de artillería y misiles, y que la moral sigue siendo un gran problema.

Pero Putin, con escaso apoyo interno, cuenta con millones de rusos que puede enviar a la guerra y los funcionarios estadounidenses afirman que Rusia está intentando convencer a China de que le otorgue apoyo militar, una situación alarmante para Ucrania y sus aliados.

Los analistas creen que Putin necesitará reunir más fuerzas para tener la oportunidad de obtener avances territoriales sustanciales en el campo de batalla. Esto se ha hecho aún más evidente en las últimas semanas, ya que Rusia ha sufrido algunas de sus bajas más importantes de la guerra y su principal fuente alternativa de reclutas (los convictos reclutados en las cárceles rusas) ya se agotó.

“Necesitarán refuerzos”, afirmó Dara Massicot, investigadora principal de política de la Corporación RAND centrada en Rusia. “La pregunta es: ¿serán pequeñas convocatorias sucesivas o va a ser otra convocatoria multitudinaria? Y esa respuesta dependerá de hasta dónde crean que pueden llevar la ofensiva”.

En la sede de gobierno de Kiev, la capital de Ucrania, los altos mandos de Zelenski se amontonan en despachos repartidos en un laberinto de pasillos y corredores secretos detrás de altísimas columnas y sacos de arena. Para los funcionarios ucranianos, equilibrar la estrategia militar con la realidad diplomática ha sido todo un reto desde que Zelenski salió de su búnker hace un año para suplicar a los aliados occidentales que proporcionaran armas y municiones para repeler a los invasores rusos que se acercaban a la capital.

Los funcionarios de Kiev han dicho que no piensan que Rusia pueda seguir soportando las pérdidas de hombres y equipo al ritmo actual y que intentará encontrar una forma de pausar el conflicto al aumentar la presión internacional a favor de un cese al fuego.

Según los funcionarios ucranianos, la mejor oportunidad del Kremlin para tener éxito es convencer a los aliados internacionales de Ucrania de que Kiev no puede derrotar al Kremlin.

Agregan que cuanto más tiempo ocupe Rusia parte de Ucrania, más podrá paralizarla física, económica y psicológicamente mientras reconstruye su propio arsenal. Así que, agregan, cuanto antes se pongan en manos de soldados ucranianos armas más potentes como tanques, misiles de precisión de mayor alcance, vehículos blindados de combate y aviones de caza, más rápido acabará la guerra.

La espectacular visita de Biden a Kiev y la promesa de enviar otros 2000 millones de dólares en ayuda militar dejaron claro que el apoyo estadounidense, crucial para la supervivencia de Ucrania, continuaría, ya que Kiev planea pasar a la ofensiva en los próximos meses.

Oleksiy Danilov, jefe del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, afirmó que “el momento en que nuestros socios suministran las armas” es una de las principales preocupaciones. “Cuanto más tarden, más bajas tendremos”.