Nunes pidió al presidente autorización para tornar público al documento, en un gesto que desató una verdadera tempestad política en la capital estadounidense, al punto que el propio FBI pidió públicamente que el memo sea mantenido en reserva.
De acuerdo con reportes coincidentes, el presidente ya leyó el documento y la decisión sobre su eventual publicación podría ser inminente.
En este conturbado escenario, el partido Demócrata tomó la iniciativa para criticar a Nunes y hasta pedir su remoción.
Enérgica reacción del FBI
El vicetitular del Comité de Inteligencia, el demócrata Adam Schiff, denunció que el memo que Nunes envió a la Casa Blanca para que sea autorizada su publicación no es el mismo que esa comisión discutió extensamente.
“Descubrí que el legislador Nunes introdujo cambios materiales al memo que fue enviado a la Casa Blanca, cambios no aprobados por el Comité. Por ello, la Casa Blanca revisa un documento que el Comité no ha aprobado”, aseguró en un mensaje en la red Twitter.
Ante esta denuncia, este jueves la titular del partido en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pidió que Nunes sea removido de inmediato de la presidencia del comité de Inteligencia.
Para los republicanos, el memo deja en evidencia que el FBI se nutrió de informaciones del partido Demócrata para obtener autorización a la vigilancia de un funcionario de la campaña de Trump, en un caso evidente de abuso de poder.
En cambio, para los demócratas la redacción del memorando y su publicación es apenas una maniobra para debilitar al FBI y con ello poder cuestionar la investigación sobre los eventuales lazos entre la campaña electoral de Trump y funcionarios rusos.
El fiscal especial Robert Mueller conduce una investigación independiente del Departamento de Justicia sobre la alegada colusión del equipo de Trump con Rusia durante las elecciones de 2016, y para esa tarea utiliza agentes del FBI especialmente seleccionados.
Este cuadro motivó el miércoles un momento extraordinario en la política estadounidense, en que el director del FBI y el presidente se embarcaron en una evidente trayectoria de colisión.
Christopher Wray fue confirmado en el cargo de director del FBI apenas en agosto pasado, pero el miércoles se manifestó públicamente contra la publicación del memo, aún a pesar que horas antes el propio Trump había comentado con un legislador que apoyaba “100%” la divulgación del documento.
Consecuencias de la controversia
En la Casa Blanca, interlocutores próximos al presidente apuntan que Trump está convencido de que el FBI y el Departamento de Justicia llevan adelante una operación de venganza en su contra.
Según aseguró una fuente a la red CNN, Trump llegó a preguntar a Rod Rosenstein, el vicefiscal general (número 2 del Departamento de Justicia), si él era parte de su “equipo”.
En los corredores del Congreso, legisladores republicanos ya defienden abiertamente la suspensión de la investigación conducida por Mueller, quien fue apuntado para esa tarea por Rosenstein.
En tanto, Michael Hayden, ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lamentó las consecuencias que esta controversia tendrá sobre la legitimidad del FBI y de los programas de vigilancia e interceptación de conversaciones.
“Temo que esa situación estrictamente partidaria provocará daños enormes a todas las instituciones, del Congreso a la presidencia pasando por el FBI”, comentó el exfuncionario a la red pública NPR.