Pero la disputa más reciente subrayó los obstáculos políticos en el camino a la promulgación. Aunque la medida sea aprobada, enfrenta un duro camino en la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, que prefiere un enfoque más gradual para la norma.
La medida del Senado crea un camino de 13 años hacia la ciudadanía para algunos de los 11 millones de inmigrantes que se encuentran en ese país sin autorización legal, al permitir que el proceso hacia la ciudadanía estadounidense comience solo después de que se hayan cumplido ciertas metas de seguridad fronteriza.
Pero los detractores aseguran que esos “detonantes” fronterizos no son lo suficientemente sólidos, y varios republicanos proponen enmiendas para fortalecerlos.
Una enmienda presentada por el senador Charles Grassley, el republicano de mayor jerarquía en el Comité Judicial, prohibiría que solo se puedan dar los primeros pasos hacia la ciudadanía cuando el secretario de Seguridad Nacional asegure que la frontera entre México y Estados Unidos es segura.
El senador Patrick Leahy, un demócrata y presidente del Comité Judicial, dijo que se opondría a los esfuerzos que incluyen la enmienda de Grassley “para modificar los detonantes de manera que podrían descaradamente retrasar o impedir el camino a la legalización”.