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Si tienes un vuelo, ni se te ocurra documentar el equipaje

Ninguno de nosotros puede confiar plenamente en que las aerolíneas llevarán las maletas a nuestro destino. Por eso, hemos tenido que aprender a viajar con poco y pagar por ello.

(The New York Times)

(The New York Times)

Soy terrible empacando maletas. Es irrisorio cuán terrible. Preocupante. En un viaje reciente a Las Vegas con mi novio para ver a Adele, los dos empacamos tanto que no tendrías que haberte sentido mal de pensar que nos íbamos a mudar allá. Dudo que Adele empacara más, aunque se semirreubicó ahí durante varios meses.

De alguna manera, mi novio es incluso peor que yo. Su filosofía para el equipaje es progresista: no dejar camisas, para que no se sientan excluidas de nuestras vacaciones. No quiere que nadie en el hotel lo vea con la misma ropa dos veces.

Con nuestro circo viajero de equipajes, somos parásitos de un viejo estilo de vida. Quedaron atrás los días en los que no pensabas dos veces antes de documentar una maleta y escabullirte en un avión con las manos vacías, a sabiendas de que era problema de otra persona. Ahora hay una intensa presión para llevar poco equipaje y viajar exclusivamente con el equipaje de mano, lo cual genera procesos de abordaje tan estresantes que pueden parecer la estampida de ñus de El rey león. Nos han obligado a convertirnos en nuestros propios maleteros y a menudo tenemos que pagar por el privilegio.

¿Qué otra industria podría salirse con la suya?

Ninguno de nosotros confía en su totalidad en que las aerolíneas llevarán las maletas a nuestro destino. Una encuesta de 2013 reveló que tan solo el 19 por ciento de los pasajeros viajaba exclusivamente con equipaje de mano; el año pasado, otra encuesta mostró que este grupo del equipaje de mano había aumentado hasta conformar el 41 por ciento de los viajeros.

Hay una buena razón para ese escepticismo. En los últimos dos años, se han difundido noticias sobre colapsos de equipajes que han provocado una montaña de maletas perdidas, gracias a que los sistemas se han desbordado a causa de la ola de gente que ha vuelto a viajar después de la peor parte de la pandemia (una práctica que los economistas llaman gasto por venganza para referirse a nuestra compulsión por gastar de manera frenética, entre otras cosas, en las vacaciones con las que soñábamos durante los confinamientos).

La situación fue tan mala el año pasado que The Guardian lo llamó el “verano del equipaje perdido” y las estadísticas lo corroboran. Después de años de una mejora en las tasas de llegada de equipajes, un informe de mayo de la empresa de datos de aviación SITA reveló que de 2021 a 2022 la tasa de malos manejos de equipaje casi se duplicó en todo el mundo, hasta 7,6 maletas por cada 1000 pasajeros. Los pasajeros internacionales en particular lo pasaron mal, con una tasa de 19,3 maletas mal manejadas por cada 1000 viajeros, casi ocho veces más que la tasa de los pasajeros nacionales. De forma alarmante, SITA predijo que la industria no volverá a los “niveles previos a la crisis” sino hasta el próximo año.

No hay escapatoria de las contradicciones del capitalismo. Así como los expertos del minimalismo quieren que compres sus libros y soluciones de almacenamiento, la industria de los viajes ahora tiene un montón de cosas que venderte para que viajes con… menos cosas.

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Han brotado tecnologías y mercados completamente nuevos. ¿Soy yo o los organizadores de viajes surgieron de la nada en la última década? De algún modo, hubo una época en la que nuestros antepasados cruzaron continentes y océanos sin ellos, pero ahora parece que me regalan un juego nuevo cada Navidad.

Por supuesto que también necesitas botellas de viaje de todos los productos líquidos que puedas imaginar. (No te preocupes, porque existen empresas que te venden versiones miniatura de todo para viajar, desde artículos de tocador hasta aderezos para ensaladas). Y asegúrate de comprar unos AirTags o incluso un juego de maletas inteligentes, para que puedas realizar un monitoreo digital de tu equipaje como si estuvieras en la Agencia de Seguridad Nacional.

Luego, están las estrategias. TikTok está llena de ellas. ¿Has intentado enrollar la ropa antes de empacarla? ¿O tal vez doblarla al estilo KonMari? ¿O tratarla como si estuvieras jugando Tetris? ¿O llenar clandestinamente una almohada de viaje con ropa? ¿O incluso meter todo lo que llevas en un chaleco de pesca, ponértelo en el avión y esperar a que los demás no sospechen y les avisen a los agentes federales aéreos?

Estoy agotado y todavía no he empezado a empacar para mi viaje de verano.

Gabby Beckford, de 27 años, ha acumulado cientos de miles de seguidores en redes sociales al publicar contenido en las cuentas de su marca, Packs Light, un nombre que eligió porque captaba su entusiasmo por volar tan solo con equipaje de mano, así como un enfoque espiritual más profundo del viaje que involucra dejar atrás las cosas que pudieran pesarle.

La filosofía de Beckford es sencilla: venden calzones en todo el mundo, así que ¿por qué llevas de más?

Para Beckford, tener más opciones de ropa puede sentirse limitante. Empacar de más significa sobrecargarte. Cuando hablamos por teléfono, estaba en Londres, desde donde me presumió cómo había sido capaz de llevar con facilidad su equipaje sola por el metro y subir tres pisos de escaleras hasta su Airbnb.

Beckford me aseguró que mi proclividad a empacar de más proviene de un lugar de pesimismo y una “mentalidad de escasez”, por lo tanto, todo el tiempo me imagino lo que puede salir mal en un viaje y trato de hacer la maleta en consecuencia. Esa negatividad puede influir en un viaje desde el inicio.

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Claro, planifica, investiga el clima de tu destino y elige algunos conjuntos divertidos que quieras lucir en tus fotos de Instagram, pero no te estreses demasiado, aconsejó. Después de todo, son vacaciones.

En un video que publicó en mayo, Beckford instó a sus seguidores que fueran a viajar a Europa este verano a dejar vacía la mitad de la maleta y mejor llevar 350 dólares para gastar y aprovechar al máximo las oportunidades de compra allá.

Sin duda, cualquier hombre gay puede apoyar eso. Si tengo que comprar algo, que sea un montón de ropa nueva en mi destino que me dé alegría, aunque es probable que algún día vuelva a estresarme cuando me preocupe de cómo llevarla toda en futuros viajes.