El grupo EI está sufriendo “duras pérdidas. Hay testigos que hablan de cuerpos de combatientes tirados en las calles como resultado de los ataques estadounidenses o de la resistencia feroz del YPG (la milicia kurda siria)”, aseguró a AFP el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman. “Las posiciones no se han movido desde hace una semana”, explicó bajo condición de anonimato un responsable americano, quien cree que la milicia kurda está en disposición de resistir a la ofensiva ‘yihadista’ iniciada el 16 de septiembre.
Desde finales de ese mes, los aviones de la coalición dirigida por Estados Unidos golpean diariamente desde el aire las posiciones de los radicales para ayudar a la resistencia kurda a defender una ciudad que se ha convertido en símbolo político y mediático de la lucha contra el EI.
En total, más de 500 ‘yihadistas’ han muerto en los ataques aéreos en Siria, aunque según el OSDH, la mayoría de los caídos “no son sirios”, sino extranjeros. El grupo EI tiene entre sus filas a decenas de miles de combatientes de los cuales, según Naciones Unidas, 15.000 son extranjeros.
El grupo radical suní proclamó en junio un califato en las regiones bajo su control en Siria e Irak, donde ha perpetrado atrocidades como ejecuciones sumarias, decapitaciones y violaciones.
En ambos países, la coalición internacional ha llevado a cabo más de 600 ataques aéreos y lanzado 1.700 bombas, detalló el jueves el Centcom, el mando militar americano encargado de esta región.
Avance ‘yihadista’ en Irak
Sin embargo, en Irak el Gobierno está perdiendo la batalla contra los ‘yihadistas’ pese al apoyo aéreo de la coalición. Según mandos militares estadounidenses, el ejército iraquí necesitará todavía varios meses para poder lanzar una ofensiva de amplitud.
Pese a ello, las fuerzas de la coalición internacional destruyeron el jueves por la noche un arsenal y un centro de entrenamiento ‘yihadista’ en la región de Kirkuk (norte de Irak), en un bombardeo calificado de masivo por el Estado Mayor del ejército francés.
“Esta noche (del jueves) realizamos una gran operación en Irak”, anunció este viernes en París el jefe de Estado Mayor. El bombardeo, en el que participaron aviones franceses Rafale, permitió destruir edificios en los que los del EI “producían armas para atacar a las fuerzas iraquíes”, precisó el oficial a la emisora Europe 1.
Unas “70 bombas fueron lanzadas. Nosotros tiramos doce bombas guiadas por láser que alcanzaron su objetivo”, dijo, calificando la operación de “exitosa”. Se trata del séptimo bombardeo de fuerzas francesas contra el grupo EI y de su primera participación en un bombardeo masivo desde que Francia se incorporó, a fines de septiembre, a la coalición.
Respecto a la eventualidad de enviar tropas de tierra a la zona de combate, el oficial recordó que la lógica de la coalición es que “las tropas de tierra sean fuerzas locales”.
En el norte, el grupo EI ha vuelto a sitiar el monte Sinjar, donde se refugiaron en agosto millares de civiles de la minoría yazidí huyendo del avance de los ‘yihadistas’. Esos refugiados lograron escapar a través de Siria, pero en el monte quedan todavía milicianos yazidíes, que luchan contra el grupo EI. Más al sur, el grupo EI se ha hecho con una nueva zona de la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad, que se encuentra casi enteramente bajo su dominio.
Frente a estos avances, el ejército iraquí, que hoy en día cuenta con 200 mil hombres, frente a los 400 mil que tenía en la época de Sadam Husein, no se encuentra en disposición de retomar el territorio ganado por el grupo EI desde hace varios meses. Tras ser disuelto el ejército por los norteamericanos durante la invasión de 2003, las nuevas tropas tienen múltiples flaquezas, entre ellas un alto número de deserciones. A finales de septiembre 30 mil soldados habían desertado, lo que ha obligado al Gobierno iraquí a declarar una amnistía a quienes vuelvan al ejército.
Con la situación de debilidad actual, los jefes de las tribus suníes han llamado a la coalición internacional a incrementar su compromiso enviando tropas terrestres, pero el primer ministro, Haidar Al Abadi, ha dejado clara su oposición a la presencia de fuerzas extranjeras en territorio iraquí.