El martes un juez decidió anular los cargos por sedición, terrorismo y apología del delito, entre otros, que pesaban sobre el líder zapatista y otras 12 personas desde hacía 21 años. Las acusaciones habían prescrito de acuerdo a la ley.
La misiva muestra la imagen de la radiografía de una mano que muestra el dedo del medio. Al pie dice “desde tres metros bajo tierra” seguido de la firma de “Marcos”.
Al lado hay una imagen del popular Guasón y al pie firma el “subcomandante Galeano”, nombre adoptado por el líder guerrillero en el 2014, cuando decretó la muerte de “Marcos”. La rúbrica está acompañada por la frase “me adhiero y suscribo (no prescribo)”.
Identificado en 1995 por el Gobierno como Rafael Sebastián Guillén Vicente, el estratega del EZLN lideró una rebelión en el estado de Chiapas (sur) para reclamar mejores condiciones de vida para los pueblos indígenas.
“¿O sea que el tampiqueño (“Marcos”) ya puede salir de la comunidad y lanzarse por unas jaibas rellenas (una comida típica mexicana)?”, dice una posdata de la carta, firmada también por el “subcomandante Moisés”.
En la misiva se preguntan en tono irónico si “Marcos”, caracterizado por utilizar siempre un pasamontañas y una pipa, podía ser espiado, explotado, burlado, secuestrado y asesinado “como todo mexicano”.
“Es lo único que las 'instituciones' le garantizan a cualquier ciudadano que no sea de arriba”, finaliza el documento.