Pero, uno de ellos, Siphamandla Dyasi, quien se vio obligado a utilizar una sierra circular para cortar los pies del difunto, decidió finalmente decir la verdad, explicando que no podía seguir guardando un secreto tan difícil de llevar en la consciencia.
“He tenido pesadillas e insomnio a causa de ese incidente. He intentado guardar el secreto durante los últimos tres años pero me atormentaba constantemente“, explicó, según el informe judicial consultado.
“Durante todos estos años, casi no he podido dormir. Aún ahora escucho el ruido de la sierra resonando en mi cabeza. No podía más“, dijo. “El hombre era demasiado grande para caber en el ataúd, y tuvimos que decírselo a la señora Mostert. Nos respondió que busquemos una sierra y le cortemos las piernas“, añadió.