Las tensiones se acentuaron después que el gobierno de Teherán afirmó que un portaaviones estadounidense había atravesado el estrecho de Ormuz “desde el Golfo Pérsico en dirección a Omán”, en la zona de maniobras navales que Irán comenzó el sábado último.
Se trata del portaaviones USS John C. Stennis, una de las mayores máquinas de guerra de Estados Unidos.
El estrecho, por donde transita el 40 por ciento del tráfico petrolero marítimo mundial, es particularmente vulnerable en razón de su extensión de escasos 50 kilómetros, y de su escasa profundidad, que no supera los 70 metros.
Además de Irán, segundo productor mundial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Arabia Saudí, Kuwait, Irak, Catar y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) exportan parte de su petróleo por ese estrecho.
El vicepresidente iraní, Muamad Reza Rahimi, afirmó que “ni una gota de petróleo transitará por el estrecho de Ormuz” si los países occidentales adoptan sanciones contra las exportaciones petroleras iraníes por su programa nuclear.
En reacción a estas amenazas, EE. UU. envió un alerta a Irán y advirtió de que “ninguna perturbación del tráfico marítimo en el estrecho de Ormuz será tolerada”.