Este tipo de atentados se multiplicaron desde que el ejército egipcio derrocó al presidente islamista Mohamed Mursi en julio de 2013. Los yihadistas implantados en el Sinaí suelen atribuirse la autoría de estos ataques.
La sentencia llega días después de la adopción de una nueva ley antiterrorista, que permite a las autoridades cerrar los locales de cualquier organización declarada “terrorista” , así como congelar sus haberes y los de sus miembros.
Desde el derrocamiento de Mursi, las autoridades egipcias acusan a Hamas de apoyar una insurrección yihadista en el Sinaí.
A finales de enero, un tribunal egipcio declaró movimiento “terrorista” al brazo armado de Hamás, las brigadas Ezedin al Qasam. Meses antes una corte prohibió las actividades del movimiento palestino en territorio egipcio y ordenó congelar sus haberes.
Las relaciones entre Hamás y Egipto atraviesan un momento crítico desde que el exjefe de las fuerzas armadas y actual presidente Abdel Fatah al Sissi derrocara a Mursi.
El movimiento palestino procede, al igual que Mursi, de la cofradía de los Hermanos Musulmanes, blanco de una represión implacable y también declarada “terrorista” por El Cairo.