Desde hace varios días el ejército ucraniano intenta repeler a los separatistas que intentan ocupar la ciudad de Debaltseve, que les daría acceso a un nudo ferroviario estratégico para conectar las repúblicas rebeldes de Donetsk y Lugansk.
“Trece militares murieron y 20 resultaron heridos en las últimas 24 horas”, anunció el portavoz, Volodimir Polioviy. Poco antes, las autoridades de las regiones separatistas dieron cuenta de seis civiles muertos.
Desde hace varios días, el balance diario de muertos alcanza los dos dígitos pero ambas partes no lograron llegar a un acuerdo de alto el fuego este fin de semana en Minsk. “El proceso de paz está en peligro”, dijo el consejero diplomático de la presidencia ucraniana, Valeri Tchaly, en Facebook.
En los últimos días fueron evacuados cerca de un mil personas de Debaltseve, un ciudad de unos 25 mil habitantes ubicada en el este del país, informó la policía local que dijo que la localidad estaba sin electricidad, agua ni calefacción.
Varios medios ucranianos comparan la batalla que se libra en Debaltseve a la situación que vivió la localidad de Ilovaisk en agosto, cuando las tropas ucranianas quedaron atrapadas y 108 soldados murieron.
La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) acusó este domingo a los rebeldes de querer revisar los acuerdos de paz firmados en Minsk en septiembre, reconocidos por la comunidad internacional como base del reglamento.
Los emisarios rebeldes “no estaban listos para discutir la puesta en marcha de un alto el fuego y el retiro del armamento pesado. En cambio pidieron una revisión” de los acuerdos de septiembre, señaló el organismo en un comunicado.
El sábado, el negociador de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Puchilin, acusó a Kiev de insistir en que se aplique la línea de partición establecida en septiembre, mientras que los separatistas afirman haber ganado terreno desde entonces.
El sábado, el presidente ruso, Vladimir Putin, el francés, François Hollande, y la alemana, Angela Merkel, se entrevistaron por teléfono para pedir un alto al fuego en Ucrania, azotada por un conflicto que ha dejado más de cinco mil 100 muertos desde abril.