Internacional

Poroshenko y Putin intentan consolidar tregua en conferencia telefónica

Los presidentes ucraniano y ruso, Petro Poroshenko y Vladimir Putin, intentar consolidar la tregua en el este de Ucrania en una conferencia telefónica prevista este domingo con la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés François Hollande al día siguiente de la liberación de un segundo equipo de observadores de la OSCE por los rebeldes prorrusos.

KIEV..-“Podemos confirmar que cuatro miembros de nuestro equipo con base en Lugansk están libres tras 32 días en cautividad”, informó la misión de la organización en Ucrania a través su página Facebook.

Dos grupos de observadores de la organización -en total ocho observadores y un traductor ucraniano- fueron detenidos en sendas barricadas, uno el 26 de mayo y otro el 29 de mayo. Líderes separatistas ordenaron la liberación del primer grupo el pasado jueves.

Según un periodista de la AFP, los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) -un español, un holandés, un ruso y una mujer alemana- parecían cansados pero aliviados.

Rebeldes armados los condujeron a un hotel en Donetsk, donde se reunieron con representantes de la OSCE.

“Hemos liberado a los últimos cuatro observadores retenidos en el territorio de la República popular de Luganks” declaró el “primer ministro” de la república separatista autoproclamada de Donetsk, Alexander Borodai.

“Consideramos que hemos cumplido con nuestras obligaciones”, añadió.

Por su parte, los presidentes ucraniano y ruso tienen previsto hablar este domingo por teléfono a una hora no precisada con la canciller alemana y el presidente francés.

Estas nuevas liberaciones de observadores se dan cuando los dirigentes de la Unión Europea, que firmaron el viernes un acuerdo de asociación histórico con Ucrania alejándola así del área de influencia de Moscú, dieron de plazo a Rusia hasta el lunes para adoptar medidas que pongan fin a la insurrección prorrusa en el este del país, so pena de más sanciones.

En el terreno, el ejército, que había denunciado el jueves “violaciones masivas” del alto el fuego por parte de los rebeldes, indicó que la noche había sido “más o menos tranquila”, aunque evocó la muerte de tres soldados el sábado en un ataque contra posiciones ucranianas cerca de Slaviansk, bastión rebelde.

Sin aludir a las nuevas pérdidas, el ministro ucraniano de Defensa, Mijailo Koval, dijo que “si no hay una solución pacífica, destruiremos a los militantes” que rechazan deponer las armas, indicó Koval, citado por una agencia de prensa ucraniana.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, anunció el viernes por la noche que el alto el fuego se prolongaría 72 horas, aunque Kiev precisó que las autoridades ucranianas se reservaban el derecho de poner fin a la tregua “donde ésta no sea respetada”.

En Donetsk, un bastión insurgente, los rebeldes dieron la opción a un centenar de soldados de una base del ministerio de Interior, tomada por los prorrusos la víspera, de prestar juramento a Rusia o de volver a casa, constató la AFP.

Los combates entre ejército y rebeldes han dejado desde abril más de 400 muertos y decenas de miles de desplazados.

– “Graves” consecuencias para la economía rusa –

Los dirigentes de la UE dieron a Rusia un plazo de tres días para que tome una serie de medidas concretas para pacificar el este de Ucrania, entre ellas, la liberación de todos los rehenes y la devolución a las autoridades ucranianas de tres pasos fronterizos, so pena de nuevas sanciones.

Asimismo, los líderes europeos incluyen las negociaciones sobre el plan de paz y un mecanismo de vigilancia de su aplicación supervisado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

Poroshenko reveló la semana pasada su plan de paz que prevé la creación de una zona tampón en la frontera entre Ucrania y Rusia, la puesta en marcha de un corredor para permitir a los mercenarios y rebeldes provenientes de Rusia de volver a casa tras deponer las armas, y una descentralización del poder en el este de Ucrania.

La prolongación del alto el fuego se produjo en un contexto de nuevas tensiones entre Kiev y Moscú tras la firma en Bruselas del último capítulo del acuerdo de asociación con la Unión Europea.

El viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Grigori Karasin, advirtió que la firma de este acuerdo tendría “consecuencias graves” en sus relaciones comerciales con Ucrania, país privado desde hace dos semanas del suministro de gas ruso ante la falta de acuerdo sobre el pago de su deuda.

El rechazo a firmar este acuerdo en noviembre provocó la destitución meses después del entonces presidente Viktor Yanukovich tras una oleada de protestas proeuropeas y el inicio de una insurrección prorrusa en el este del país, así como la incorporación a Rusia de la península de Crimea.

 

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