Entre las medidas propuestas destaca el control sistemático de todos los ciudadanos de la UE a la entrada y salida del espacio Schengen; crear un registro europeo de datos de pasajeros de aviones para seguir los desplazamientos sospechosos o dotarse de la tecnología necesaria para rastrear los intercambios en las redes sociales y descodificar algunas comunicaciones.
Otro frente es trabajar en las causas de la radicalización de los musulmanes en Europa, evitar que sean reclutados por movimientos islamistas, impedir que viajen a las zonas de conflicto en Siria, Irak y Libia y mantenerlos localizados cuando regresan a Europa.
La Unión Europea tiene que unirse y no actuar de manera dispersa, como lo hace actualmente, según el coordinador europeo para la lucha antiterrorista, Gilles de Kerchove. “Espero la adopción de propuestas concretas y ambiciosas para la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno el 12 de febrero en Bruselas”, declaró.
Más de 3.000 europeos radicalizados se han sumado a los movimientos islamistas en Siria y en Irak, según datos de los Estados, de los que cerca del 30% han regresado a sus países de origen.