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El incidente tuvo lugar frente al hospital privado Henry Dunant, propiedad de la Cruz Roja, en el elegante distrito XVI de la capital francesa.
Las dos víctimas fueron atendidas inmediatamente por el personal del establecimiento, pero una de ellas murió, indicó una fuente policial.
La mujer herida es una agente de seguridad del hospital, señaló una fuente cercana a la investigación.
El hospital geriátrico frente al cual ocurrió el tiroteo es actualmente también un centro de vacunación contra el covid-19.
“La persona que murió recibió varios disparos y al parecer la agente de seguridad fue víctima de una bala perdida”, indicó a la prensa el alcalde del distrito XVI, Francis Szpiner.
“No se trata de un ataque terrorista ni de un atentado contra un centro de vacunación”, añadió el alcalde, que señaló que “posiblemente se trata de un ajuste de cuentas”.
“Escuché un disparó, me di la vuelta, vi a un hombre encapuchado disparar. Y después vi a un hombre yaciendo en el suelo, le vi acercarse y dispararle dos veces en la cabeza”, contó a la cadena de noticias BFM el dueño de un restaurante aledaño.
“El pistolero se fue a pie, con mucha sangre fría, caminando como si nada, y más lejos se subió a una motocicleta”, añadió el testigo.
Los alrededores del hospital estaban acordonados y había una gran presencia de policías patrullando las calles y ambulancias estacionadas frente al nosocomio, según periodistas de la AFP.
“Hay muchas personas en estado de shock dentro del hospital”, indicó un empleado de la Cruz Roja.
Detrás del cordón policial, pacientes con citas médicas hacían fila. El hospital funciona ahora con “efectivos reducidos”, añadió el empleado, que solo dejaba ingresar a las personas que figuran en una lista prioritaria, mientras que los demás tendrán que regresar el martes o miércoles.
“Escuché seis disparos alrededor de la 13 horas 30 minutos, durante mi hora de almuerzo. Salí inmediatamente y vi a un joven negro en el suelo, boca abajo, frente al hospital. Debía tener entre 20 y 30 años y ya estaba muerto”, dijo a la AFP la vigilante de un edificio cercano, que pidió el anonimato.
“La gente gritaba ‘rápido, llamen a una ambulancia’ porque había una mujer de la seguridad que estaba herida. No tuve tiempo de ver a nadie huir, cuando salí ya era demasiado tarde”, añadió la mujer.