Wynwood, al norte del centro urbano de Miami, es el foco principal del hasta ahora único brote de zika transmitido por mosquitos dentro del territorio continental de EE.UU., con 28 casos.
En Puerto Rico, donde el zika ha sido declarado una emergencia de salud pública, con más de 10 mil casos confirmados, las fumigaciones con naled también han causado polémica, pero los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) defienden que ese insecticida “organofosforado” es eficaz y seguro para las personas.
Para esta semana están programadas nuevas fumigaciones en Wynwood, un barrio antes eminentemente industrial y hoy uno de los más visitados de la turística ciudad del sur de Florida por sus originales propuestas artísticas y de diseño.
Allison señaló que los residentes y propietarios de negocios en Wynwood están preocupados por el brote de la enfermedad, pero también, como es su caso, por la manera elegida por las autoridades del estado para combatir el zika.
“Creen que la respuesta es hacer estas fumigaciones aéreas con este veneno tóxico llamado naled”, se lamentó Allison, quien fue uno de los organizadores el pasado fin de semana de una protesta contra las fumigaciones en coincidencia con la visita al barrio del alcalde de Miami, Tomás Regalado, para la primera Art Walk desde que se conoció la existencia del brote de zika a finales de julio recién pasado.
“La fumigación es una orden del Departamento de Salud (de Florida)”, se excusó el alcalde ante Allison y decenas de manifestantes.
Las autoridades estatales emprendieron las fumigaciones aéreas como medida para erradicar el mosquito Aedes aegypti con el beneplácito de los CDC, quienes no ven que el pesticida represente un peligro para la salud.
“Están mintiendo, no están siendo honestos”, señaló Romain Gateau, un vecino de Wynwood que reparte volantes en las calles con información sobre el naled y los números telefónicos a los que llamar para solicitar que se detengan las fumigaciones.
“Tenemos que llamar a todos los niveles y hacerles saber que somos residentes y que no queremos pesticidas. Y el siguiente paso es una demanda colectiva” , afirmó Gateau, quien señaló que el grupo prevé nuevas marchas para pedir que se detenga el uso de naled.
“Mata los pájaros, las mariposas, los perros y los animales, además de todos los huertos orgánicos que se han generado aquí, y que se están pudriendo”, indicó por su parte Allison.
Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, el uso del naled contra los mosquitos adultos se autorizó en 1959 y en la actualidad se hacen fumigaciones aéreas con este pesticida sobre unas 6,4 millones de hectáreas en el territorio continental, “como parte de las rutinas de control del mosquito” .
“La cantidad que llega al suelo es pequeña”, agrega EPA para aseverar que cuando se aplica el naled siguiendo las instrucciones se puede usar en programas de salud pública sin que “represente un riesgo para las personas” .
Pero algunas organizaciones, como Beyond Pesticides, ven las fumigaciones aéreas con naled “problemáticas”, en especial si se extienden en el tiempo, por sus posibles efectos en el sistema neurológico, señaló recientemente al diario The Miami Herald la directora de regulación de esta organización, Nichelle Harriott.
Los vecinos opositores al insecticida han solicitado a las autoridades limitarse a las fumigaciones a primera hora de la mañana como anunciaron inicialmente que iban a hacer.
“El pasado miércoles, cuando echaron el pesticida, me maree, mis labios empezaron a adormecerse”, señaló Gateau, enojado porque se han hecho fumigaciones “a una hora en que la gente aquí está comiendo” .