El misil fue disparado desde territorio controlado por los rebeldes prorrusos y la rampa de lanzamiento fue trasladada después de vuelta a Rusia, según las conclusiones que el Equipo de Investigación Conjunto (JIT en inglés) presentó en Nieuwegein, cerca de la ciudad holandesa de Utrecht.
Las conclusiones coinciden con investigaciones previas que apuntaban a un impacto de un misil tierra-aire tipo Buk disparado por rebeldes prorrusos como causa del accidente, en el que murieron las 298 personas que viajaban a bordo.
Los familiares de las víctimas fueron informados por la Fiscalía de las conclusiones poco antes de la publicación del informe. Según dijeron, la Fiscalía señaló a cien sospechosos que habrían participado en el derribo, de los que algunos ya habrían sido identificados.
Rusia volvió a negar el mioércoles, ya antes de la presentación del informe, su responsabilidad en el suceso y exigió que los investigadores tomen en consideración también sus propios datos.
Según Moscú, nuevos datos de radar rusos muestran que el misil no fue disparado desde territorio de los separatistas, aseguró el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, que dijo disponer de “pruebas irrefutables”.
Tanto Rusia como Ucrania niegan ser responsables del derribo del Boeing 777 que sobrevolaba Ucrania cubriendo la ruta de Ámsterdam a Kuala Lumpur.