Los dos omoplatos fosilizados de una niña austrolopithecus afarensis, la especie a la que pertenece Lucy, indican por primera vez que estos homínidos estaban bien adaptados morfológicamente para trepar a las ramas.
El esqueleto completo de uno de ellos que vivió hace 3,3 millones de años, bautizado como “Selam” , fue descubierto en el año 2000 en Etiopía.
“La cuestión sobre si el austropithecus cuyo primer espécimen, Lucy, fue descubierto en 1974 en Etiopía, era estrictamente bípedo o continuó evolucionando en los árboles, era objeto de debate desde hace 30 años” , explica David Green, profesor de paleobiología de la Universidad Midwestern en Illinois (norte de Estados Unidos) , uno de los principales autores de estos trabajos aparecidos en la edición avanzada de la revista estadounidense Science del 26 de octubre.
“Estos omoplatos fosilizados proporcionan una sólida indicación de que estos individuos continuaban trepando en los árboles en este estadio de la evolución humana”, añadió.
“Trepaban para escapar de depredadores o por comida”, explicó Green.
“Cuando comparamos el omoplato de la niña australopithecus a los miembros adultos de la misma especie, era evidente que las características de desarrollo se emparenta más a las del mono”, explica.
Al mismo tiempo “numerosos trazos de los huesos de la cadera, de los miembros inferiores y de los pies de los austrolapithecus, que permitían el bipedismo, se emparentan sin equívoco a la especie humana”, prosigue el investigador.
Green explicó que todavía no se sabe cuándo los humanos dejaron de trepar a los árboles.