“Esto cambiará nuestras vidas”, dijo Savastano a medios locales, sin imaginar el diagnóstico que le esperaba.
Tres semanas después de haber obtenido el premio, Savastano recibió la noticia de que padecía de cáncer en estado avanzado y que moriría en pocos días.
Rodeado de su familia, el desafortunado carpintero murió debido a la enfermedad; mientras, el destino del dinero podría haber quedado en manos de su madre y hermanos.