Una jueza de menores consideró que el joven no había aprendido la lección después de cometer la primera infracción y ordenó que le fuera aplicada la llamada “directiva de lectura” para motivarlo a “analizar nuevamente el hecho a nivel intelectual”.
La sentencia fue fallada el 8 de junio pero entró hoy en efecto. La matrícula de la moto había llamado la atención de la Policía en dos oportunidades porque apenas se podía leer.
El fallo será ejecutado por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Múnich. Los jóvenes condenados reciben una lista de lecturas propuestas y deben presentar posteriormente un informe sobre lo que leyeron. Según el tribunal, puede ser un cuento corto, un afiche o incluso un rap.
Otto Pérez Molina obviamente no pudo asistir a Filgua este año pero su hábito de lectura parece estar intacto ► https://t.co/nWKfe7GCGw pic.twitter.com/cZhkh7oOCW
— Prensa Libre (@prensa_libre) July 26, 2017