Scattergood informó al periódico The Press of Atlantic City que colocaba a los loros en el porche de su hogar en Avalon porque a la gente le gustaba.
Agregó que las personas saludaban a las aves y que los loros contestaban con un saludo.
Un juez le dijo a Scattergood el lunes que se desestimará la denuncia del ruido si no se reportan más quejas en los próximos 90 días.