Comunitario

“Falta de información genera conflictividad”

Las hidroeléctricas son un tema que origina discusión en el país, y en algunos casos, conflicto social. Sin embargo, durante su intervención en el programa Diálogo Libre, que se transmite por www.prensalibre.com, Marcial Francisco Pedro, integrante del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) de Barillas, Huehuetenango, citó algunas desventajas de esos proyectos; y José Luis Ramírez, del Consejo de Pueblos de Occidente, puntualizó algunas ventajas.

Los periodistas Mike Castillo e Isaac Ramírez conversan    con José Luis Ramírez, del Consejo de Pueblos de Occidente, y Marcial Francisco, líder comunitario de  Barillas —derecha—.

Los periodistas Mike Castillo e Isaac Ramírez conversan con José Luis Ramírez, del Consejo de Pueblos de Occidente, y Marcial Francisco, líder comunitario de Barillas —derecha—.

¿Qué ventajas y desventajas perciben las comunidades respecto de las empresas de capital privado que invierten en generación eléctrica?

Ramírez: Se debe ver en conjunto la problemática que tiene ese tipo de proyectos y su relación con otros.

Este problema no hay que tocarlo aisladamente, sino en el contexto latinoamericano, que responde a una política de mercado, en la cual Guatemala está inmersa.

Francisco: Yo lo enfoco en Barillas, y como Cocode vemos ventajas en la instalación de proyectos hidroeléctricos.

También estamos obligados a buscar soluciones al problema de la energía eléctrica en las comunidades.

Si hablamos de Barillas, el 60 por ciento de las comunidades no cuenta con electricidad, por lo que buscamos relación con el Gobierno y entidades privadas, para dotarlas de este servicio.

Hay que ver esto con ventaja. Posiblemente hay desventajas, pero habría que evaluar qué beneficio deben tener para el país los proyectos hidroeléctricos.

El Estado puede comercializar la energía, pero hay que exigir que se le dé prioridad a las comunidades.

¿Por qué oponerse a este tipo de proyectos, y por qué apoyarlos?

Ramírez: El Consejo de Pueblos del Occidente no está contra el desarrollo, sino contra la forma cómo se realiza.

Con la energía eléctrica que existe en el país hay para todos, pero el Estado no cumple con llevarla a donde verdaderamente se necesita, ya que solo se consume el 28 por ciento, y el 65 por ciento lo consume la industria y el comercio.

Estamos contra esa situación, ya que esa energía se consume más en los proyectos mineros.

Por ejemplo, una industria minera utiliza 15 mil kilovatios/hora, mientras un pueblo de cien mil habitantes consume tres mil en ese mismo tiempo. La empresa minera usa cinco veces más energía de lo que un pueblo necesita.

Vemos que la energía se ha convertido en una mercancía, y no en un servicio público.

Francisco: Se debe evaluar cómo se genera el recurso y cómo se distribuye, y como Cocode exigimos a las autoridades que las comunidades deben tener electricidad. Si se produce energía se debe utilizar, ya que también la industria beneficia a los guatemaltecos.

Comparto la idea de Ramírez, que no solamente se debe dar a la industria, ya que Huehuetenango tiene potencial hídrico.

¿Cuál sería el efecto para el país de seguir con el consumo de energía que se produce con búnker versus la que se puede generar a través de hidroeléctricas?

Ramírez: Antes la energía era más barata, y ahora que se depende más de las hidroeléctricas, aumentó de precio.

Esa es una de las situaciones que no se entiende con las políticas del Gobierno, porque las comunidades pagan más por este servicio.

Francisco: Si se usan combustibles para generar energía eléctrica, hay efectos negativos para el ambiente; pero si se usa agua, está bien.

¿Qué opinión tienen de las protestas que han causado las hidroeléctricas, y que terminan en conflictos sociales?

Ramírez: El Gobierno no tiene la voluntad política de enfrentar el problema. El pueblo se ha cansado de estar en el marco legal, y las autoridades no han respetado la forma como se generan estos proyectos.

Francisco: Yo lo veo desde otra perspectiva. La conflictividad en Huehuetenango se debe a que ha habido poca información para la población.

Ante la falta de información las personas se oponen y son presa de manipulaciones, por lo que ocurren conflictos, como el caso de Barillas, donde ya se atentó contra la Policía Nacional Civil, murió un soldado y hay atraso en la economía.

Lo que proponemos es un diálogo con información adecuada, para minimizar esta clase de problemas.

Ramírez: Para la explotación minera se requiere de energía eléctrica, y el punto es que los pueblos ven en los megaproyectos problemas que les afectan.

¿Algunas personas se cuestionan si hay interés político de dirigentes opositores?

Ramírez: Sí, hay un acercamiento con los diputados, pero no en el tema político, sino para hacer valer un marco legal en cuanto al tema.

Francisco: Pienso que hay interés político, ya que a Barillas han llegado algunos diputados.

Vemos con preocupación que este problema crezca en ese municipio en la próxima contienda electoral.

¿Cómo ven la mediación del Gobierno en este conflicto por hidroeléctricas?

Francisco: Considero que hay avances, pero en la oposición hay intolerancia, ya que se afecta el diálogo.

Ramírez: Creo que el Gobierno no tiene la voluntad para mediar, y pareciera que se defienden intereses de las trasnacionales, y no la de los pueblos.

¿Qué esperan para este año?

Francisco: Quiero que continúe el diálogo, para ver qué pueden ganar las empresas y la población.

Ramírez: Que el Estado garantice la paz y el bienestar de las personas, ya que la lucha de los pueblos se criminaliza.