SIEMPRE VERDE

A dos días…

Magalí Rey Rosa

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Si los candidatos lo vieran de otra manera, ellos mismos lo hubieran puesto sobre el tapete. Critiqué a los jóvenes universitarios que participaron en un debate con sus preguntas, pues tampoco ellos lo consideraron relevante y lo ignoraron ante un público interesado en conocer las posiciones de Sandra Torres y Jimmy Morales.

Pero ni siquiera abordaron el tema los conductores, los entrevistadores o los analistas profesionales que han participado en los debates presidenciales que se dieron estas últimas semanas —a excepción del de este jueves, que me temo tampoco lo incluya—. ¿Por qué no, si es obvio que el cuidado o el deterioro del lugar donde vivimos determinan nuestra calidad de vida?

La población guatemalteca tiene críticos problemas relacionados al ambiente, como la falta de agua potable en miles de viviendas, o el uso indiscriminado de químicos venenosos en la agricultura, que terminan en la alimentación. Son temas que tiene que encarar un gobernante consciente. ¡Ah! ¡Tal vez por eso no lo abordan!

Estamos a dos días de vernos forzados a “elegir” a quien presidirá el Gobierno de Guatemala durante los próximos cuatro años, entre dos opciones patéticas. (Patético es, según el Drae: capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía).

Podríamos decir que se escogerá entre dos políticos de la vieja escuela, aunque tengan diferencias notorias que han sido expuestas hasta la saciedad… Pero si es, como comenta una amiga, que “nos quitaron el miedo, pero no lo pendejo”, mucho me temo que nuestra suerte esté echada. De esta ya no nos salva nadie. Lo que nos queda entonces es reflexionar sobre lo que se nos viene encima.

Es hora de dejar atrás las especulaciones sobre que si las “revoluciones” de colores, de la plaza o de lo que sea, fueron espontáneas o manipuladas. El futuro es lo que tenemos ahora enfrente.

A partir del 14 de enero tendríamos que poner toda nuestra atención sobre cada palabra, cada acción y cada omisión de quienes estén en el Gobierno; estar preparados para seguir manifestando indignación ante cualquier signo de corrupción, de abuso y de impunidad, con la disposición de hacer lo que sea necesario para que entiendan que ya no vamos a tolerarlos.

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