HAGAMOS LA DIFERENCIA

Acá construimos muros

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Los muros protegen… pero también dividen. Dan seguridad… pero también aislamiento. Mucho se ha hablado del muro que Trump ofreció construir en la frontera con México, para evitar el ingreso de migrantes a su país, olvidando que EE. UU. es un país cuyos orígenes fue y sigue siendo de migrantes. Todos alzan la voz, unos alegando y otros felicitando por la acción que quiere emprender. Lo que no hablamos es que estamos en un país que debido a la inseguridad está construyendo muros. Es raro encontrar una colonia residencial que no haya construido muros para evitar a los delincuentes, los vecinos nos organizamos para cerrar nuestras colonias, y nuestras casas. Nos hemos aislado para protegernos.

Las áreas rurales no han escapado a esta situación. Hoy quiero referirme a un muro que me ha causado conmoción: en una área rural vive una pareja, quienes construyeron su casa con el frente hacia el centro del poblado, donde existe una plaza rústica, a cuyo alrededor con el tiempo se edificaron instalaciones escolares. Esta pareja utilizó durante más de treinta años una salida que daba hacia este centro. Fue una pareja ejemplo de servicio, la esposa aprendió en cursos rurales mucho de salud y medicina, y ayudó a la comunidad al atender partos, personas accidentadas, golpeadas, salvando la vida de muchas personas, especialmente niños. El esposo participó en comités de desarrollo, en los que trabajó activamente en la construcción de la carretera de ingreso a la comunidad, para introducir la energía eléctrica y el agua potable. En su casa funcionó la oficina de correos y telégrafos. Fueron los primeros en el lugar en tener un televisor que funcionaba con un acumulador de energía, donde muchos aldeanos vieron por primera vez programas de televisión. Fueron los primeros en tener un servicio telefónico cuando no existían celulares, que obtuvo señal por medio de una antena conectada en forma remota con otra antena en la capital, que aunque cobrado, prestaba un servicio de emergencia al poblado.

En estos días, después de muchas disputas legales no claras, el Cocode que manipuló a la comunidad construyó un muro para evitar la salida de esta pareja. Ellos dicen que las personas no deben esperar recompensas y agradecimientos por su trabajo y que necesitan el área para recreación de los niños de la escuela. Olvidan que ya se está utilizando para esto y manifiestan que construirán más aulas, sin realizar una adecuada planificación.

Este es el pago que recibe esta pareja, de edad avanzada, ahora que ya no son útiles para la comunidad, pues el tiempo ha hecho mella en su agilidad, se han resignado a vivir tras el muro y han acondicionado una mejor salida por la parte lateral y muestran a pesar del desprecio de unos pocos que aún pueden ser de servicio para los lugareños, con sus cambios de carácter por la edad pero con un corazón agradecido con Dios. Ojalá que este muro sacie la sed de venganza de más de alguna ofensa hecha sin querer por la pareja. Estoy seguro de que muchos lugareños sin valor de expresarse, seguirán recordando que estos señores les salvaron la vida a ellos o a alguno de sus hijos, que por primera vez dejaron de caminar para trasladarse en la palangana del primer picop que circuló en la aldea, que después de muchos años volvieron a escuchar a sus familiares en los EE. UU. en un teléfono rústico en la casa de ellos, y que recibieron más de algún servicio, probablemente el aire para una pelota de futbol o para la llanta de una moto.

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.

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