EDITORIAL

Al descubierto otro nido de corrupción

Son muchos los calificativos con los que se podría definir la vergonzosa gestión de más de tres años que encabezó la exdiputada Anabella de León al frente del Registro General de la Propiedad. Ahora se conoce con más detalles que muchas de las denuncias que proliferaron desde sus inicios al frente de esa institución tenían fundamento y que su administración estaba marcada por malos manejos, una práctica que se volvió común durante el gobierno patriotista, que lideraban los exgobernantes Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti.

Un informe interno, presentado por el sustituto de De León cuando esta renunció para postularse como candidata a la alcaldía metropolitana, deja la clara idea de que esa entidad se había convertido en una agencia de empleo o servía para gestionar el manejo irresponsable de millones de recursos, pues de tener un superávit, en el 2011, de Q17 millones, cuando ella no había sido nombrada, pasó a tener un déficit de más de Q50 millones cuando ella dejó el cargo, por crecimiento inexplicable de plazas y reparto de bonos.

Ese maquiavélico plan, de quien hasta hace unos meses había disfrutado de las mieles de la política, empezó prácticamente desde que asumió el cargo, pues de recibir la administración del Registro con una situación bonancible, rápidamente empezó a revertirla y solo en el primer año los gastos por contratación de personal habían pasado de Q52 millones a Q58 millones. Por concepto de bonos fue más dramático el abuso, ya que de los Q11 millones que se erogaban en 2011, en el siguiente año subieron a Q17 millones.

La acelerada carrera por el despilfarro hizo que a lo largo de su gestión De León incurriera en una serie de irresponsabilidades, pues al final los gastos por pago de personal que implementó crecieron desde los Q52 millones, en 2011, hasta más de Q70 millones tres años y cuatro meses después de iniciada su administración. En el 2011, por concepto de bonos se erogaban Q11 millones, y en 2014 esa cifra había llegado a sobrepasar los Q24 millones, un crecimiento que solo se podría explicar a través de malos manejos.

Todas esas anomalías han provocado las reacciones debidas; primero, la de su sustituto, que, previendo lo que se podría venir, hizo un informe detallado de todas las irregularidades para el nuevo designado por el presidente Alejandro Maldonado Aguirre. Paralelamente, la Procuraduría General de la Nación presentó la respectiva denuncia en el Ministerio Público porque el Registro General de la Propiedad se encuentra desfinanciado, pese a que De León lo recibió en una situación de inmejorable, cambio que ahora requiere las explicaciones debidas.

Cabe recordar que desde que De León asumió ese cargo empezaron las denuncias de malos manejos, reparto de privilegios, como la contratación de asesores que devengaban miles de quetzales, a lo que se sumaron privilegios, que sin duda ha de resultar difícil explicar para que una situación de rentabilidad no solo termine en algo negativo sino que altamente deficitaria. Corresponde ahora a los órganos jurisdiccionales encontrar las debidas respuestas a esta nueva denuncia.

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