HAGAMOS LA DIFERENCIA

Al rescate de la monja blanca

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En esta Semana Santa me propuse conocer más de Guatemala. Uno de mis objetivos era visitar la Estación Experimental de Orquídeas de la familia Archila, en Cobán, Alta Verapaz,  objetivo que cumplí el miércoles 28 de marzo, junto a mi esposa y una amiga que nos visitó de los Estados Unidos. Quiero compartir mi experiencia porque estoy seguro de que a más de alguno de mis lectores le nacerá la inquietud de visitar esta estación.  Para principiar, es impresionante la hospitalidad, sencillez, conocimientos y deseo de compartir del colega Fredy Archila, perito agrónomo egresado de la Escuela Central de Agricultura, Bárcenas (privilegio que compartimos), quien nació en   1973 y sin duda el Botánico más destacado de Guatemala. Desde su niñez acompañó a su padre, Óscar Archila Euler, en la montañas cuando él se dio a la tarea de recolectar orquídeas para formar la colección más completa de Guatemala.

Al visitar la estación, quedamos impresionados al saber que en el lugar había más de 35 mil orquídeas, de diferentes especies, de muchos géneros, desde orquídeas en miniatura que se aprecian mejor con lupa hasta orquídeas majestuosas, de diversos colores. Fredy nos condujo a través de las orquídeas del lugar, conociendo diferentes especímenes, acompañados de las excelentes explicaciones botánicas, ecológicas, fenológicas, etnobotánicas de cada una de ellas. Pero el momento cumbre fue cuando observamos nuestra flor nacional, la monja blanca. Uno de mis propósitos era observar esta flor semialbina con una pigmentación amarilla en el centro del labelo, de extraordinaria belleza, y compartir con Fredy, quien tras minuciosas investigaciones, estudiando y analizando el género Lycaste, determinó que la monja blanca estaba mal clasificada, por lo que se convirtió en el autor del nuevo nombre científico asignado a la monja blanca: Lycaste virginalis forma alba (Dombrain) Archila & Chiron, publicándolo en el 2011 en la revista científica francesa Richardiana. También me había enterado de que él estaba conduciendo el proyecto “Estudio y reproducción in vitro de la Monja Blanca Lycaste virginalis forma alba (Dombrain) Archila y Chiron, Flor Nacional de Guatemala” con la Asociación de Rescate y Conservación de Vida Silvestre (Arcas), bajo financiamiento del Fondo Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Fonacón), teniendo cobertura del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap). En efecto, tuvimos la oportunidad de observar las plántulas en un invernadero, rústico, pero bien acondicionado, de madera y nylon dentro de las instalaciones. Me causó mucho pesar saber que se había retirado el apoyo económico al proyecto, lo que en su momento molestó sobremanera a Fredy, pero el desencanto ha quedado atrás. Él continúa trabajando con recursos propios con nuevas plántulas para llevar a su hábitat natural en el 2019 estas orquídeas que celosamente está cuidando.

Considero que, como guatemaltecos, debemos colaborar en este proyecto de conservación de la monja blanca. Si usted desea hacerlo puede coordinar con Fredy Archila, comunicándose al correo archilae@gmail.com. La colaboración puede ser en múltiples formas, pero sin duda la económica es importante. Será un honor contribuir a que nuestra flor nacional se rescate y ser uno de los primeros ejemplos de reinserción de una especie extinta a su hábitat natural. Nuestra flor nacional, patrimonio natural de la Nación, merece ser manejada en condiciones más adecuadas, en un invernadero con tecnología, y en espacios adecuados bajo del cuidado de este orquideólogo.

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.