Amena relación de nuestra historia
LOS LIBROS DE temas históricos tienen la particularidad, deben tenerla, de poseer mucho fondo, mucha base documental, a fin de permitirle al autor explicar sus análisis y sus opiniones. Ser historiador no necesariamente significa ser escritor ameno. En su libro, Julio Vielman logra ambas cualidades. Se coloca en el papel de narrador y por tanto tiene frases tanto lapidarias como livianas, sencillas y claras. Veamos esta: “ la conciencia se siente sacudida por un ramalazo de indignación ante lo que no se hizo, lo que se hizo con torpeza, lo que se dejó de hacer y se pudo haber hecho y lo que se hizo perversamente y empeoró la catástrofe”. Esta frase, en el caso guatemalteco, encaja a la perfección en cualquiera de los años, incluyendo los actuales.
ESA ACTUALIDAD DE LAS frases del autor, tiene este otro ejemplo: “la oligarquía oficial y privada estaba convencida de que el libre juego de las fuerzas del mercado era la mejor solución a la crisis, ya que abominaba de la intervención estatal en la actividad económica” ”el predominio del mercado libre en la política económica fue una características del pensamiento criollo ilustrado de la preindependencia derivada de sus lecturas del precursor de esa clase de liberalismo, el escocés Adam Smith”. En otro orden de temas, señala con crudeza la grave situación de hambre de los indígenas y las malas condiciones económicas de las provincias del Reino, debido a las actividades monopolísticas de las familias poderosas de la capital.
OTRO TEMA ACTUAL SE refiere al periodismo. Tanto La Gazeta, como el Editor Constitucional y el Amigo de la Patria presentaban con claridad, a veces con firmas de sus organizadores y directores, y a veces con sinónimos, las ideas a favor o en contra de la independencia. La prensa guatemalteca tuvo entonces unos orígenes de defensa y ataque en asuntos ideológicos y en sus páginas se libraron algunas batallas de indudable influencia en la población, aunque fuera escasa, y más escaso aun el número de alfabetos. Son, en mucho, las semillas de la forma cómo hoy en día funciona la prensa de opinión. Y es notoria demás la participación de sacerdotes en las batallas ideológicas, un hecho no siempre reconocido por razones de un mal entendido liberalismo.
JULIO VIELMAN ESTUDIÓ y leyó numerosos libros, documentos, cuyo listado abarca 23 páginas. Luego narra sus conclusiones, sus opiniones, y lo hace con un lenguaje a veces hasta jodón, como decimos. Hay rigor histórico presentado de forma amena, con un estilo capaz de capturar el interés del lector y de mantenerlo. Si bien ese primer libro suyo se reduce a un lapso de 15 años, deja abierto el interés para conocer el segundo tomo, de 1823 a alguna otra fecha, ojalá cercana. El autor no puede esconder su vena periodística, en cuanto al lenguaje claro, sin rebuscamientos, y con el deseo de permitirle al guatemalteco de hoy tener una mejor idea o descubrir las raíces de las lacerantes realidades nacionales empeoradas durante casi 200 años.