¿Quién será en tres años?
Veremos de nuevo a Baldizón, Sandra, Roxana, Suger y Giammatei, un tipo de cuidado. Posteriormente escribiré de él y de los otros. ¿Alguien más dice presente? ¿Quieren ganar? Hagan un solo frente con el que tenga mejores posibilidades de ganar.
He tenido la oportunidad de participar en algunas campañas presidenciales en USA, trabajé un tiempo con los republicanos en tiempo de Bush y Pat Robertson, en imagen y estrategia. Ayudé a Jorge Serrano en el pasado en su segunda vuelta, ¿para qué? A Colom, igual en la segunda vuelta, en siete departamentos que la UNE había perdido frente al Patriota. Con Suger trabajé casi 12 años, con estrategias de mercadeo, imagen, con líderes comunitarios a nivel nacional, que nos dieron los resultados que todos conocemos. Quizá fui el colaborador más silencioso, pero con resultados positivos. Y de estos tres, el único agradecido y decente fue Eduardo Suger.
El fracaso o triunfo dependen directamente del director de campaña. Muchos directores presentan al candidato como un producto, y no debe de obviarse que es un ser humano con virtudes y defectos, y no un simple producto de vitrina. Hay que exaltar sus cualidades, pero si el candidato no cuenta con los recursos, la capacidad, el colmillo y un buen equipo de campaña para entrar al cuadrilátero, lo más probable es que fracase, aunque sea el mejor.
Recientemente fui invitado a Sumpango a un convivio para escuchar a Baldizón, y me llamó poderosamente la atención la nueva forma o estrategia de hacer su política: muy interesante e impactante. Su mensaje plasmado de espiritualidad, moralidad y con un contenido social muy esperanzador, además con una proyección muy de estadista. Creo fue determinante para conectarse con la gente y poder llegar a ser puntero en las próximas elecciones.
Sincero o no, fue contundente, sin embargo, en política nada está escrito. En estos tres años podría cambiar el panorama político, y serán para el una cuesta llena de baches, piedras y culebras, que le serán adversas en su carrera por la presidencia. Una segunda vuelta es peligrosa y desgastante, allí se adhieren los indeseables, los oportunistas y los que no deberían formar parte del equipo, como le sucedió a Baldizón en las elecciones pasadas.
Pero algún día, Guatemala será gobernada por un estadista inteligente, visionario, honrado y capaz de trasformar el sueño de muchos guatemaltecos, que quizá ya hayan perdido la esperanza de un mejor mañana, donde podamos tener una mejor imagen como país, una nación desarrollada, segura y de oportunidades tanto para nacionales, como para extranjeros, anhelo una Guatemala segura y bien hecha.
Creí hace muchos años que Guatemala podía cambiar, ¿sigo esperando por ese candidato?