ARCA DE ESPEJOSEl que mucho abarca…

AQUILES PINTO FLORES.

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Parece que en Guatemala, a niveles gubernamentales y privados, particularmente en el Mineduc, se han dado cuenta de que la deficiente calidad educativa, dentro del sistema escolarizado, tiene su origen en la también deficiente y desorganizada preparación magisterial.

Como resultado de las evaluaciones pertinentes, el propio viceministro Chaclán reconoció la crítica situación, tanto del año pasado como del presente, por lo que se activa para cambiar el pénsum de formación docente.

Que conste, según el criterio de distinguidos educadores, lo anterior es únicamente otra mancha en la piel del tigre, para conseguir la superación del magisterio.

Y es que, por otra parte, se han puesto en marcha varios programas y proyectos dirigidos a los sectores indígenas, para promover el ascenso ?acelerado? en la formación de recursos humanos para la educación, aun a nivel universitario, pero en resumen, la formación de maestros, sobre todo de educación pre primaria y primaria, los resultados, porcentualmente, han sido simplemente desastrosos.

En época pasada, de acuerdo con la Constitución Política de 1945, la formación de maestros era responsabilidad exclusiva del Estado, a través del Mineduc, pero posteriormente tal responsabilidad fue suprimida, dando paso a la formación de maestros en institutos y colegios privados, a extremo de que hoy funcionan escuelas e institutos normales, no sólo en cabeceras municipales, sino hasta en apartadas aldeas de zonas rurales, habitadas por etnias mayas.

A pesar de que egresan muchos maestros, incluso bilingües, debe preguntarse: ¿de qué calidades gozan? ¿Quiénes son los formadores de esos maestros? Porque podríamos decir: son muchos los egresados, pero pocos los escogidos, pues varias normales son de baja categoría en lo académico, en lo técnico-didáctico y en lo ético-profesional, pues no redactan correctamente ni siquiera su solicitud de empleo.

A ello se agrega que no existe algún sistema confiable para seleccionar a los alumnos destinados a la noble carrera magisterial, y menos para escoger a los catedráticos.

Se sugiere entonces, para la superación sustantiva del sistema escolarizado formal, que se mejore la calidad de los mentores y de las escuelas normales seleccionadas, pues no por tener cientos de centros produciendo miles de maestros impreparados, se solucionará el problema educativo. Recuérdense que ?el que mucho abarca, poco aprieta?.

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