ARCA DE ESPEJOSEl voto de castigo ya arrancó

AQUILES PINTO FLORES.

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Lógico y natural es que el tema de las elecciones primarias del PAN haya copado la atención durante los últimos días, y no sería raro que por mucho tiempo prosiga el comentario de tal suceso que dio el banderazo de salida al voto de castigo para el gobierno eferregista.

Hasta hoy no se sabe de alguien que se exprese en contra de las primarias, si se juzgan como un ?hecho histórico?, pues se caracterizan por constituir un imperativo democrático en cualquier proceso electoral.

De acuerdo a esta premisa, me adhiero al criterio de un distinguido columnista cuando afirmó que Leonel López Rodas, como padre de la criatura, ha pasado a ocupar un lugar prominente en la historia política del país.

Aunque no faltó alguno que quiso restarle méritos a la elección, nadie podría negar que la misma tomó cuerpo de una verdadera fiesta cívica en donde los Panistas lucieron su mejor entusiasmo.

Desde antes de las siete hasta pasadas las dieciocho horas, un río de personas de todos los estratos invadió el salón número ocho del Parque de la Industria.

No sólo se vieron hombres y mujeres jóvenes, sino ancianos y hasta niños jalando sus mascotas.

Una señora X que por casualidad descubrió mi identidad periodística, me hizo ver que votaría en blanco porque ?no importa quién quede, la cosa es que hay que aprovechar la oportunidad de votar en contra del gobierno ladrón?. Entonces, como ?pan para mi matate?, dije para mí: -esto servirá de titular a mi próxima columna-.

Al hacer otras consideraciones, hay que anotar que en las primarias se observaron fallas. Según los votantes, se les hubiera dado mayores facilidades, como no pagar el parqueo.

Que hicieron falta edecanes para orientar al público. Que la señalización fue deficiente, a extremo de que para la identificación de las mesas se emplearon rótulos que a más de pequeños, no se colocaron en lugares visibles.

Que las colas caminaban muy lentas, etc. Sin embargo, lo que a muchos sacó de quicio fue que después de sufrir las molestias inherentes a una votación, se encontraron con la desagradable sorpresa de no aparecer en el padrón. Ello motivó a uno de los presentes para romper públicamente su tarjeta de afiliación.

Las anteriores son algunas anomalías observadas en la Capital. Es de imaginarse lo ocurrido en el interior de la República.

Pero a pesar de todo, es de aplaudir el histórico esfuerzo Panista, por lo que, sin lugar a dudas, existe el generalizado criterio de que se le debe dar un voto de tolerancia a los promotores y protagonistas del inusitado evento electoral.

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